Después de 36 años de trabajar arduamente, Jaime Montelongo se hizo acreedor a una pensión. Descansó siete meses, pero regresó a laborar a las minas, ya que este oficio era su vida.
El retorno laboral llevó a Jaime, de 61 años, a la mina El Pinabete. Hoy es uno de los 10 trabajadores atrapados.
El minero aprendió el oficio de su padre. Por eso él le tenía tanto cariño a la minería, contó su hermana Magdalena a El Heraldo de México.
“Toda su vida trabajó en minas de carbón. Desde los 14 años empezó a trabajar con mi papá. No quería estudiar y mi papá se lo traía a trabajar afuera de los pozos”, recordó.
Magdalena revivió el momento en que le pidió a Jaime que, si quería regresar a trabajar, no fuera a una mina. “Sé que ahí bajas más no sabes si regresas”, señaló.
PAL