El presidente de la Mesa Directiva, Héctor Díaz Polanco hizo un “apercibimiento” a los 66 diputados locales, quienes “violentaron con su comportamiento el orden que debe imperar reglamentariamente al seno del Congreso de la Ciudad de México”.
A través de un oficio, el legislador morenista precisó que este llamado de atención fue por la sesión del pasado 26 de mayo, en la cual se discutieron y aprobaron reformas al Código de Instituciones y Procedimientos Electorales para reestructurar al Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM).
“Se observaron casos de abierto desacato a lo dispuesto por el artículo 38 del reglamento, que a la letra expresa que las y los diputados guardarán el debido respeto y compostura en el interior del recinto, en las sesiones y en cualquier acto de carácter oficial y observarán las normas de cortesía y el respeto parlamentario”, explicó.
“En variadas ocasiones se tomó la palabra, por parte de diputadas y diputados, sin la debida venia de la presidencia, interrumpiendo además al orador u oradora en turno, y los actos generalizados de violencia y absoluta falta de respeto en el desarrollo de los trabajos legislativos”.
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Así como también “el indebido ingreso al recinto legislativo de aparatos tales como altavoces, bocinas y megáfonos; el acto de tomar por la fuerza y sin derecho alguno, la cabina, los artefactos y sistemas de audio del Congreso en pleno desarrollo de la sesión; las diversas agresiones físicas y verbales que profirieron las y los diputados de diversos grupos y asociaciones parlamentarias en contra de otros diputados y diputadas, siendo especialmente graves las que existieron entre el Partido Acción Nacional y Morena”.
Incluso, refiere que “la introducción al salón del Pleno de un supuesto artefacto explosivo que sirvió para amenizar una celebración”, esto en referencia a que la fracción de Morena celebró con pastel y serpentinas a la diputada, Valentina Batres.
“No hay duda de que los hechos enlistados tienen la sola finalidad de entorpecer el desarrollo de la sesión, de evitar el estricto apego al orden del día respectivo; y en general, de trastocar el orden y la disciplina parlamentaria”, expreso.
Añadió que es “una evidente falta a la cortesía, al respeto parlamentario y denotan una ausencia absoluta de congruencia con la civilidad política, la tolerancia y el respeto con el que toda persona que desempeñe una función de representación popular ha de conducirse en el seno de esta soberanía”.
“Es por esas razones que esta presidencia considera oportuno se realice un apercibimiento, a fin de prevenir en lo sucesivo que se presenten hechos o actos similares a los antes mencionados”, concluyó.
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