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Ramón Arellano Félix, el 'narcojunior' que mataba a quien lo interrumpiera mientras bebía cerveza

Para lograr su objetivo, los hermanos Arellano Félix, organizaban escandalosas fiestas a las que invitaban a los hijos de las familias pudientes de Tijuana.

NACIONAL

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Foto: Cuartoscuro

La decada de los noventas, fue considerada una de las más 'aterradoras' en Tijuana, debido a la consolidación de uno de los cárteles de la droga más sanguinario, el de los hermanos Arellano Félix

Con la descabellada idea de hacer adictos a los jóvenes tijuanenses de inicios de los noventas les generó grandes cantidades de ingresos, con lo que consiguieron una gran fortuna en poco tiempo. 

Para lograr su objetivo, los hermanos Arellano Félix, organizaban escandalosas fiestas a las que invitaban a los hijos de las familias pudientes de Tijuana, una vez ahí, les regalaban dosis de cocaína, marihuana o heroína para engancharlos y después, incluso, invitarlos a vender las drogas en sus escuelas o centros de trabajo. 

Quien osara quejarse del ruido de las fiestas era amenazado y, si persistía, asesinado. Crónicas periodísticas de la época detallan que una torre de departamentos, ubicada en la Zona del Río, fue abandonada por sus inquilinos por los desmanes ocasionados por los juniors.

Por años, anécdotas periodísticas han narrad que el grupo de los narcojuniors era comandado por Ramón Arellano Félix, cuyo brazo derecho era Everardo ‘El Kitty’ Paéz, un 'mirrey' descendiente de una familia adinerada y casado con la hija de un maquilador del norte de país.

Everardo era el hombre a quien Ramón le depositó el mando de una de las líneas de acción más importantes dentro del cártel: el involucramiento de jóvenes pudientes y adinerados en el mismo, tanto como consumidores como vendedores.

Ramón Arellano Félix y su explosivo carácter

Por años la idea le dio muy buenos resultado, pero, dado el carácter explosivo de Ramón, quien acostumbraba a asesinar a quien osara interrumpirlo, por ejemplo, mientras escuchaba música y tomaba cervezas con sus amigos o a quien no lo dejara entrar a un antro, todo se vino abajo. 

A mediados de los noventa, los narcojuniors tenían tanto poder  y su ramificación por toda Tijuana era tan amplía que decidieron pelear por el control del cártel armados hasta los dientes con fusiles que adquirían en California, Estados Unidos. Su idea jamás llegó a buen puerto.

En 1995 Ramón comenzó a desaparecer a sus antiguos socios, principalmente a aquellos jóvenes que habían intentado tomar las riendas de su “negocio”. Los primeros fueron los hermanos Meza Castaños, Endir y Henaín, quienes fueron “levantados” cuando salían de un restaurante ubicado en Polanco, del entonces Distrito Federal.

Días después, la hermana de Endir y Henaín, Abdelía y un sobrino de ellos, el bebé Eduardo Gómez Meza, fueron acribillados en un concurrido centro comercial de Tijuana.

Otro de los llamados narcojuniors, que hasta la fecha se encuentra desaparecido, es Gustavo Miranda Santacruz quien fue baleado en la garita Tijuana-San Ysidro y logró sobrevivir para ser “levantado”.

Everardo ‘El Kitty’ Paéz, otro líder de los narcojuniors salvó su vida al ser capturado y extraditado a Estados Unidos, lugar en donde aún cumple una condena por narcotráfico.

De Narcojunior a informante del FBI

En 2018, tras llegar a un acuerdo con el FBI, Everardo ‘El Kitty’ Paéz, se convirtió en informante confesando, por ejemplo, con lujo de detalles, la trama detrás del intento de asesinato de ‘El Chapo’ Guzmán por parte de los Arellano Félix.

El homicidio de Armando López, un compadre de “El Chapo“, cometido en 1989 por Ramón Arellano Félix fue el punto de partida en la tensión entre las organizaciones.

Aunque hubo al menos dos reuniones en la casa de Ismael 'El Mayo' Zambada para tratar de limar asperezas, en una de ellas los líderes del Cártel de Tijuana (Benjamín, Ramón y Javier) confesaron que tenían pensado matar al líder del Cártel de Sinaloa.

“Me consta este complot porque participé en conversaciones con Benjamín, Ramón y Eduardo acerca del plan para asesinar a Guzmán.

"Además, Ramón me dijo personalmente que iba a Culiacán a matar a Guzmán y lo lleve en automóvil al aeropuerto el día que viajó en avión de Tijuana, rumbo a Culiacán, para llevar a cabo la misión”, describió Everardo Páez.

Finalmente, pese a haberlo intentado en diversas ocasiones, el asesinato del capo más buscado del mundo nunca se concretó.

El 10 de febrero de 2002 Ramón fue abatido durante en un enfrentamiento armado con la policía ministerial de Mazatlán, Sinaloa.

Benjamín fue detenido el 9 de marzo de 2002 por el Ejército Mexicano en el estado de Puebla.

¿Cómo murió Ramón? 

El 10 de febrero de 2002, en pleno carnaval de Mazatlán asesinaron a uno de los capos más buscados del país: Ramón Arellano Félix.

Ese día era domingo y las calles del puerto sinaloense, en donde muchos años después atraparon a "El Chapo", estaban llenas. A bordo de un "vocho" blanco, tres personas circulaban en sentido contrario a la multitud, por lo que algunos agentes ministeriales los encararon, pero los uniformados fueron atacados a balas, aunque uno de ellos hirió a uno de sus agresores.

En la esquina de la calle Rodolfo T. Loaiza y Gaviotas, en la Zona Dorada de Mazatlán, quedaron los cuerpos de dos de esos hombres. Al principio, se dijo que uno de ellos era Jorge López Pérez, un agente de la PGR, pues el cuerpo había sido encontrado con una identificación.

Después se supo que no era un agente, sino el líder del cártel de Tijuana, que siempre se hacía pasar por policía.

Aunque el cuerpo de uno de los líderes del cártel de Tijuana quedó en el asfalto, boca arriba, enfrente de la multitud, las autoridades no pudieron confirmar su identidad en su totalidad hasta un mes después.

Los primeros indicios de la muerte de Ramón Arellano Félix vinieron de los medios locales. La presión de la prensa nacional hizo que poco a poco, la Procuraduría General de la República (PGR), a cargo de Rafael Macedo de la Concha, proporcionara información, de la que tampoco tenían certeza, pues ni siquiera contaban con el cuerpo.

La confirmación de la muerte de Ramón vino hasta un mes después, cuando incluso ya habían sepultado el cadaver que supuestamente era el del capo en Tijuana. Según las autoridades, la demora se debió a que uno de los hermanos presos, Francisco Rafael, se negó a dar una prueba de su sangre para que se realizarán las pruebas de ADN correspondientes. 

Los primeros en saber que Ramón había muerto fueron sus enemigos, Ismael "El Mayo" Zambada y Joaquín "El Chapo" Guzmán, quienes lo guiaron a su terruño para poder cazarlo con el "pitazo" de que Zambada estaría en el carnaval de Mazatlán.

Luego de su fuga del penal de Puente Grande, Guzmán Loera y los líderes del cártel de Sinaloa se empeñaron en sacar a los Arellano Félix de la jugada, pues los de Tijuana quedaron como máximos líderes tras la muerte de Amado Carrillo, "El Señor de los Cielos"

Ramón fue el más sanguinario de los Arellano Félix, con quienes "El Chapo" se enfrascó en una guerra luego de que los del cártel de Tijuana casi lo matan en el Aeropuerto de Guadalajara, cuando desataron una balacera en la que falleció el cardenal Jesús Posadas Ocampo.

 

 

 

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