Señaladas como las más grandes en la historia de México, en las que está en juego el futuro del país, las elecciones en México han polarizado opiniones externas, tanto como lo han hecho dentro del país.
Para la mayoría de los medios y los analistas internacionales se trata de un referendo alrededor de un popular Presidente que busca eliminar obstáculos a sus propuestas políticas y no ha dudado en pronunciarse pese a las limitaciones legales.
"Lo que está en juego no es sólo la mano libre del presidente Andrés Manuel López Obrador para gobernar sus tres años restantes, sino también elementos clave de la democracia mexicana y el Estado de derecho", señaló la investigadora Vanda Felbab-Brown en la prestigiosa Institución Brookings, quizá el más importante centro de análisis estadounidense.
"Es un referendo sobre la Cuarta Transformación y su futuro", consideró Pamela Starr, de la Universidad del Sur de California, para quien es poco probable que la votación resuelva la polémica porque "es de esperar que haya extensos cuestionamientos a los resultados".
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En medios internacionales alternativos, como la televisora estatal venezolana TeleSur, la opinión difiere.
"La capacidad del pueblo mexicano seguramente será quien imponga su proyecto electoral y sus reales preferencias de acuerdo con sus verdaderos intereses y perspectivas de hacer una mejor vida democrática", según el blog del analista Adalberto Santana.
Russia Toda, a su vez, destacó que López Obrador haya aceptado no difundir tres de sus conferencias mañaneras luego de decisiones del Instituto Nacional Electoral (INE), al que sin embargo cuestiona.
López Obrador no está en la boleta electoral, señaló The Dallas Morning News al anotar que "la elección es vista como un referéndum sobre los tres años que le quedan en el cargo, uni marcado por su estilo de gobierno autoritario y populista que, según los críticos, ha debilitado la naciente democracia de México y polarizado aún más a un país dividido (...) Para la mayoría, es un defensor de los pobres o un demagogo hambriento de poder. En general, su popularidad ronda en 60%".
Para la cadena CNN, "la votación es en gran medida una evaluación de su agenda".
"Nunca un presidente mexicano ha desacreditado tanto a las autoridades electorales", afirmó esta semana el diario francés Le Mond. El influyente periódico francés aseguró que el enfrentamiento "electrifica la campaña".
Paralelamente, la visión internacional respecto a los comicios está determinada por los reportes sobre violencia electoral y la participación de grupos de delincuencia organizada en la campaña.
"Mientras los candidatos compiten por conseguir votos, los grupos criminales se han mantenido ocupados buscando potenciales aliados entre los futuros funcionarios, independientemente de su filiación política", consignó The Crisis Group, una organización dedicada a tratar de prevenir conflictos violentos.
The Washington Post señaló, por ejemplo, el caso de Rogelio Portillo, de 41 años, que "es el candidato a alcalde de Morena en Huetamo. También es, como casi todos en la ciudad saben, un fugitivo buscado por la Agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) por presuntamente conspirar para traficar drogas".
The Crisis Group y otros recordaron que la lucha por conseguir una mayor influencia sobre el Estado ha cobrado la vida de 89 personas, y consideró "probable" que siga la complicidad entre autoridades estatales y grupos ilegales "si no se toman medidas para frenar la corrupción y la impunidad durante y después de las elecciones".
La violencia en las elecciones mexicanas no es algo nuevo, toda vez que según datos recogidos por organizaciones internacionales, en 2018 se registraron los asesinatos de 371 funcionarios y 152 políticos, incluso 48 candidatos
El interés es acrecentado por el aparente deterioro en las relaciones con Estados Unidos, el principal socio comercial de México, y a últimas fechas blanco de las críticas del presidente López Obrador.
Estados Unidos, anotó el exembajador Anthony Wayne, deben "ir por una línea muy fina, para evitar suscitar la resistencia del nacionalismo y desconfianza hacia la intervención del norte".
POR JOSÉ CARREÑO FIGUEIRAS
MAAZ