De acuerdo con la Asociación Mexicana de Escuelas Particulares (AMEPAC), 20 de las 270 escuelas que la conforman han cerrado sus puertas. En promedio, 3 mil estudiantes inscritos en escuelas privadas han optado por una escuela pública.
La crisis económica derivada de la pandemia por Covid-19 se ha extendido al sector educativo. De 700 instituciones privadas de educación básica hasta preparatoria en Yucatán, aproximadamente 40 han cerrado sus aulas.
A pesar de que la mayor parte de padres y madres de familia han logrado cumplir con las cuotas, la situación no ha cambiado. Con el cierre de instituciones no solo ha impactado el alumnado, sino en el panorama del personal educativo.
La AMEPAC ha insistido en la importancia de regresar a clases presenciales para regular la situación, no sin antes tener un sistema efectivo de prevención y detección de contagios; por lo que solicitó la solidaridad del Gobierno de Yucatán para aplicar una estrategia efectiva.
La migración de escuelas privadas a escuelas públicas es un fenómeno que se ha reproducido a lo largo de todo el país.
Uno de los problemas planteados es que, de regresar a clases presenciales, las escuelas que aceptaran a más alumnos de lo que permiten sus aulas, la capacidad de los planteles se vería rebasada y las condiciones para los estudiantes empeorarían.
Del mismo modo, advirtió que las afectaciones al desempeño académico en todos los niveles educativos serán muy difíciles de recuperar, pues las deficiencias se verán reflejadas en las etapas consecuentes.
La situación en Yucatán inició poco después del confinamiento en el país. A pesar de que en julio del 2020 Elías Dájer Fadel, presidente de la AMEPAC en Yucatán, dijo que se implementarían estrategias para apoyar a los planteles que atravesaran por una crisis financiera, la situación continúa agravándose.
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