La Caravana Migrante varó en el municipio de Huixtla para descansar todo un día y reanudar su marcha hasta este miércoles, con destino a la población de Villa Comaltitlán, todavía muy al sur de Chiapas.
El grupo de unos tres mil 500 extranjeros se nota disminuido en fuerzas, debido a la caminata que hicieron desde Tapachula hasta Huixtla, ya que las temperaturas han alcanzado los 38 grados y han generado deshidratación y lesiones en pies de mujeres y niños.
Los inmigrantes tuvieron refugio por una noche en la iglesia San Francisco de Asís, en el centro de esta población. A escasos 200 metros, el río Huixtla les permitió bañarse y poder refrescarse para retomar energía e iniciar la caminata de este miércoles.
“Estamos muy cansados, estamos afectados, hay muchas personas con ampollas y tenemos que replantear la estrategia para seguir avanzando porque viene la parte más complicada”, expuso Luis Villagrán, uno de los coordinadores de esta caravana.
Fany Mejía, una mujer originaria de Honduras y docente de profesión, apuntó que tuvo que salir del país debido a la falta de condiciones para vivir, aunado a que el gremio magisterial en su país es mal pagado.
La mujer, que debería de estar en un aula y no en tránsito con una caravana, viaja acompañada de sus dos hijas de cinco y siete años, una de ellas con curaciones en el pie derecho debido al calor y las ampollas que le han generado.
“Lastimosamente en mi país ya no hay oportunidad, tengo la fe y la esperanza que voy a llegar a algún lado, aún no sé si a la Ciudad de México, pero quiero hacerlo”, relató.
Aún así, la maestra de educación básica tiene temor cuando la psicosis comienza y las patrullas militares aparecen.
Este miércoles, la caravana migrante prevé avanzar 17 kilómetros hacia el siguiente destino de descanso, eso si el gobierno federal no le impide el avance por la carretera.
CAR
