La mañana del sábado el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro sufrió algo así como un infarto, pues su principal fuente de movilidad fue víctima de un incendio.
La mitad de sus líneas (1,2,3,4,5 y 6) se quedaron sin servicio, dejando a su suerte a más de 52 por ciento de los usuarios.
Fue a las 5:48 que comenzó el siniestro en el interior de la subestación eléctrica, que se ubica en la sede del Metro, en Delicias, en la colonia Centro, en la Alcaldía Cuauhtémoc.
Alarma insistente
En el Puesto Central de Control I (PCCI), que coordina cada uno de los viajes de este sistema, la alarma comenzó a sonar con un ruido insiste, que generó pánico.
Ante la alarma, los primeros trabajadores comenzaron a deambular en el Puesto de Control, que poco a poco fue invadido por humo negro.
Una luz estroboscópica parpadeaba, y la alarma entre los trabajadores comenzó a subir de tono, pero no perdieron la calma. Algunos, incluso, tomaron su saco o su chamarra del respaldo de su asiento.
“Vamos a bajarnos, no te alarmes”, se escucha en el fondo. Tras un minuto, se activaron los aspersores antiincendio y se fue la luz. “Vámonos”, dijo otro de los colaboradores del Metro.
“No sabemos qué está pasando”, dice uno de ellos en un video, mientras la alarma no deja de sonar y toman rumbo a las escaleras de emergencia. Saben que no pueden descender en el edificio, sino que tienen que ir a la parte más alta.
En ese lapso, una mujer, adscrita a la Policía Bancaria, resbaló y perdió la vida al caer desde el cuarto piso.
Metro enfermo
El Metro ya estaba enfermo. Apenas en esta administración se hicieron planes para la modernización de la Subestación de Energía Eléctrica de Alta Tensión (SEAT) Buen Tono y Subestaciones Rectificadoras de la Línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo, que buscaba asegurar una alta confiabilidad en la alimentación y distribución de energía eléctrica de las estaciones y equipos, así como para la tracción requerida para la circulación de los trenes de la Línea 1.
Ayer, el sol aún no alumbra a la capital y alrededor de 30 trabajadores decidieron refugiarse en los pisos más altos del PCC I.
“Nos encontramos atrapados en la azotea del PCC I, es difícil respirar. Como ven, está el humo a todo lo que da. Los ojos nos están llorando, no sabemos lo que está pasando”, se escucha a uno de los atrapados.
Mientras tanto, los cuerpos de emergencia libran una batalla con el fuego en planta baja, donde había cuatro transformadores principales, que alimentan las líneas 2 y 4 y que resultaron colapsados por el fuego, derivado del derrame de aceite.
Antes de las 10:00 horas el incendio fue sofocado en su totalidad, sin embargo, el Metro sufrió algo así como un infarto que lo dejó temporalmente a la mitad de su capacidad.
Por Carlos Navarro / Infografía: Arturo Ramírez