Bandas delictivas aprovechan la falta de regulación en las bases de datos públicas para cometer extorsiones, como las que llevan a cabo los llamados montachoques, grupos que provocan percances viales para exigir el pago de los supuestos daños con amenazas, que incluyen, en ocasiones, armas de fuego.
La operación de estas cuadrillas (generalmente viajan cuatro personas en el vehículo que usan para chocar) se ha detectado en la
Ciudad de México, Estado de México y Puebla, con un incremento en fechas recientes.
Javier Martínez Cruz, comisionado del Infoem, quien desde hace tres años impulsa sistemas de protección de datos personales,
advirtió que estos grupos identifican a sus posibles víctimas al consultar las placas en el Repuve y cruzar los datos con el registro
de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros.
La disponibilidad de los datos, les permite hacer toda una planeación, explicó. “Resulta que se puede bajar información con las
dos aplicaciones, que es básicamente el Repuve, que tiene el gobierno federal, y paralelamente, ahí te permite acceder a las
placas. Y teniendo las placas, se puede empatar con la otra aplicación, que es la de seguros y te arroja si tienes o no seguro. Los
que verdaderamente están haciendo negocio de esto, van con estas dos bases de datos, las combinan e identifican a las personas que no tienen seguro”, detalló.
Los montos que exigen estas bandas oscilan entre los 20 mil y 50 mil pesos, pues usan carros de alta gama que frenan
intempestivamente para que la víctima los golpeé y puedan exigir el pago.
Señaló que hay muchas bases de datos que, bajo el amparo de los registros públicos de libre acceso, a la luz de la nueva Ley General de Protección de Datos Personales de 2017, “tendrían que evaluarse para ver si esa finalidad que buscaban no se está contraponiendo con la norma, que exige medidas de seguridad y que el acceso sea para el titular de los datos”.
La clave para combatir este tipo de organizaciones delictivas está en esas bases de datos, a las que cualquier persona puede ingresar.
“Esas bases de datos no tienen medidas de seguridad, están siendo vulneradas. La placa es un dato que puede hacerme identificable a mí”.
Una forma para actuar contra estas organizaciones es controlar el acceso a las bases y llevar un registro de quien ingresa, indicó, para así, en caso de un proceso legal, ubicar una vulneración a la información de la víctima.
MODUS OPERANDI
- La banda va por una avenida y ubica un vehículo cuyo conductor viaje solo
- Ingresan la placa de la víctima en el Repuve y la empatan con la aplicación de seguros.
- Inmediatamente, el sistema les arroja si el vehículo tiene o no seguro, entonces van sobre él.
Por Antonio Bautista