HISTORIAS DE LA FRONTERA

Así es el albergue de la Tía Martha, a quien una migrante cubana le salvó las piernas

Tras haber sido atacada salvajemente por perros, la tijuanense Martha Rosales recibió la ayuda de la migrante cubana Karla Figueredo y, desde entonces, ayuda a todos los migrantes que puede

MUNDO

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Martha Rosales ha ayudado a decenas de personas a lo largo de los años.
Martha Rosales ha ayudado a decenas de personas a lo largo de los años.Créditos: AP

Una enfermera que huyó de Cuba en el mayor éxodo de la nación caribeña en más de seis décadas necesitaba un lugar donde quedarse en México mientras esperaba para entrar legalmente a Estados Unidos usando una aplicación gubernamental. Una mujer que había vivido toda su vida en el mismo barrio de Tijuana necesitaba desesperadamente ayuda médica después de que el ataque de unos perros le causara heridas en las piernas.

Un conocido de ambas las juntó. La enfermera Karla Figueredo se quedó con Martha Rosales durante tres días en octubre de 2023, esperando la cita fronteriza reservada a través de la aplicación CBP One y tratándole las mordeduras. Cuando Figueredo partió hacia Estados Unidos, Rosales le dio permiso para dar su nombre a otros migrantes.

La voz se corrió rápidamente y Rosales incluyó su hogar en un listado con al menos tres docenas de alojamientos para migrantes en su ciudad natal en la frontera entre Estados Unidos y México, donde aloja temporalmente a usuarios de la app CBP One.

Rosales, de 45 años, había sido atacada por cinco perros y, hasta que Figueredo la trató, utilizaba silla de ruedas. Contó que le pidió a Dios que, si no le amputaban los pies, ayudaría a cada cubano que pudiese.

La enfermera Karla Figueredo ayudó a la tijuanense. Foto: AP

Una vida dedicada a los migrantes

Martha Rosales dejó su empleo como limpiadora en un banco para concentrarse en su refugio para migrantes. Las personas a las que aloja, en su mayoría cubanos, le llaman "Tía Martha" mientras ella prepara desayunos con hot cakes, organiza fiestas de cumpleaños y los lleva a sus citas de CBP One.

La casa de Rosales está en un barrio con casas desvencijadas donde se apilan llantas viejas para frenar las inundaciones repentinas. Los migrantes ven la televisión, juegan al billar, hacen tareas y cuidan de sus hijos en la vivienda o en otra alquilada cerca. 

Rosales transporta a los migrantes a sus citas. Foto: AP

Quienes no tienen cita aún emplean sus celulares para buscar los huecos que se habilitan a diario en ocho cruces fronterizos, una tarea comparable a tratar de comprar boletos para un concierto de Taylor Swift. Rosales trabaja durante toda la noche. Un ayudante la lleva al aeropuerto en el vehículo que compró con la paga de jubilación de su trabajo en el banco.

Poco después de la medianoche, traslada a los invitados desde su casa al principal cruce fronterizo de Tijuana con San Diego para las primeras citas del día, a las 5 de la mañana. Charla con ellos, sonríe para las fotos y los abraza al despedirse.

La filántropa trabaja haciendo la limpieza en un periódico local. Foto: AP

A las tres de la madrugada está ya en un canal de televisión para hacer un turno de cuatro horas limpiando la redacción y servir café a los periodistas, que le dan la información más reciente sobre inmigración y la ciudad.

Revisa su celular buscando migrantes que necesiten refugio y que se hayan enterado de su existencia en redes sociales o por amigos y familiares. En su lista de contactos los identifica por tamaño del grupo y fecha de la cita: "3 el 16" o "6 el 17".

La tijuanense brinda posada y comida a migrantes. Foto: AP

Rosales, una de 13 hermanos, dejó la escuela en tercer grado. La lectura de la Biblia le enseñó lo suficiente como para entender a duras penas los mensajes de texto, a los que suele responder con notas de voz o llamadas.

Enrique Lucero era el responsable de asuntos migratorios en Tijuana cuando Rosales acudió al ayuntamiento en busca de asesoramiento. Le ayudó a establecer una entidad legal para recaudar fondos y se puso a su disposición para emergencias, como cuando una mujer perdió su cita de CBP One por dar a luz. Lucero habló con la agencia para asegurarse de que la mujer y su bebé pasaban.

Con información de AP

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