Las fuertes lluvias e inundaciones que han azotado al sur de Brasil han dejado una enorme estela de destrucción a la que se suma un problema más: el contagio de enfermedades infecciosas.
Una de ellas es la leptospirosis, la cual ha cobrado por lo menos la vida de 13 personas en diversas regiones de la nación sudamericana, de acuerdo con los primeros reportes de autoridades sanitarias brasileñas.
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Por lo menos en 242 casos se ha confirmado la infección por la bacteria leptospira, causante de la enfermedad, pero el número de reportes por analizar es mayúsculo, pues existen sospechas en más de 3 mil 600 personas.
Aunque lo peor de las precipitaciones terminó el pasado 5 de mayo, el estado de Río Grande do Sul, el más golpeado por el meteoro, sigue padeciendo las consecuencias humanitarias de la destrucción de sus sistemas sanitarios y de agua potable.
¿Qué es y qué causa la leptospirosis?
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, la leptospirosis es una enfermedad zoonótica, es decir, que se contagia de animales a humanos, causada por la bacteria leptospira, la cual se encuentra en decenas de especies, pero principalmente en ratas.
“Los seres humanos generalmente adquieren la leptospirosis por contacto directo con la orina de animales infectados o con un ambiente contaminado por orina. La transmisión de humano a humano ocurre muy raramente”, detalla la dependencia de la ONU.
Fiebre, dolor muscular y de cabeza, malestar general e ictericia son sus síntomas generales, pero también se suele manifestar de cuatro formas distintas, las cuales van de la menos a la más grave.
En el primer caso tiene las características de una gripe leve, pero una de sus variantes puede provocar hemorragias, fallas renales, miocarditis e ictericia, la cual se caracteriza por la coloración amarilla de la piel.
Otra variante grave incluye meningitis e inflamación cerebral, mientras que la cuarta y última forma de esta enfermedad destaca por fuertes hemorragias pulmonares que suelen derivar en fallos respiratorios.
De acuerdo con los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos, se suelen registrar anualmente medio millón de infecciones de este tipo, sobre todo en países tropicales donde no existen condiciones adecuadas de higiene y, sobre todo, después de grandes lluvias como las que afectaron al territorio brasileño.