Una familia de Australia se ha convertido en el centro de atención mundial al rechazar una oferta millonaria por su propiedad. A pesar de las múltiples propuestas de desarrolladores inmobiliarios, los Zammit se niegan a vender su terreno. Vale señalar que está ubicado en una zona de Sydney que ha experimentado un auge inmobiliario importante en los últimos años.
Es importante mencionar que la última oferta realizada a la familia ascendió a la increìble cifra de 50 millones de euros. Este es un valor muy superior a la estimación actual del terreno que se ubica en una zona de Australia. Sin embargo, los Zammit han rechazado categóricamente todas las propuestas, demostrando un fuerte apego a su hogar y a su estilo de vida.
Razones del rechazo
El contraste entre la urbanización que rodea su propiedad y su casa familiar es una de las principales razones por las que los Zammit se niegan a vender. La familia busca preservar un pedazo de la historia y resistir la presión de los grandes desarrolladores inmobiliarios. En las 1,99 hectáreas que ocupa su casa de cinco dormitorios podrían caber 50 casas como las que la rodean dentro de sus límites. Recientemente, esta familia fue bautizada como “la más testaruda del mundo” y recibe tantos elogios como críticas. También genera comentarios de asombro en todos quienes conocen su historia, ya que pese a los millones de euros, ellos resisten el embate inmobiliario.
La decisión de la familia Zammit ha generado un intenso debate tanto a nivel local como internacional. Mientras algunos critican su postura por obstaculizar el desarrollo, otros la aplauden como un acto de resistencia contra la especulación inmobiliaria. La propiedad sigue siendo un refugio para ellos, un lugar donde pueden disfrutar de la tranquilidad y la conexión con la naturaleza. La casa, que está rodeada por un gran jardín y hoy en día se ubica entre un sinfín de casas de nueva construcción, se encuentra exactamente donde estuvo siempre. A 40 kilómetros del centro de la gran ciudad, cuenta con unas inmejorables vistas de las Montañas Azules, que son Patrimonio de la Humanidad.
“Hoy todo ha cambiado, pero queremos preservar lo que queda de esa época”, aseguraba al medio británico la señora Zammit. Su familia ha vallado todo su terreno, y es su hijo pequeño el que se encarga de cuidar del césped de la propiedad. Mientras tanto, las promotoras no dan crédito y critican a esta pareja por obstaculizar el desarrollo local. La casa y el jardín están situados en una zona de Sydney llamada The Ponds, donde, a lo largo de los años, se construyeron cientos de casas a su alrededor.
