Tuvieron que pasar más de 50 años desde que la joven Rita Curran fue encontrada estrangulada en su habitación, para que la policía de Vermont lograra identificar al asesino gracias al ADN localizado en una colilla de cigarro y en la ropa de la víctima.
Tras la reapertura del caso, los investigadores forenses identificaron a William DeRoos, un hombre que vivía en el mismo edificio de de Curran en el condado de Burlington, Vermont, como la persona responsable de su asesinato.
El pasado 21 de febrero autoridades del Departamento de Policía de Burlington, informaron que fue posible la identificación gracias a los avances en la tecnología del ADN y la genealogía genética.
Se sabe que DeRoos murió tras sufrir una sobredosis de drogas en San Francisco en 1986, por lo que la policía declaró el caso como cerrado.
¿Cómo fue el asesinato?
Según lo informado por la policía, la noche del asesinato ocurrido en julio de 1971, William DeRoos vivía con su esposa dos pisos arriba de Rita Curran.
Esa noche tuvo una pelea con su cónyuge, por lo que salió de su departamento para "tranquilizarse". Curran, de 24 años, fue hallada muerta horas después. La joven fue encontrada gravemente golpeada y estrangulada; al parecer la chica opuso una "feroz resistencia" mientras era golpeada hasta su muerte.
Los investigadores ahora están "unánimemente seguros" de que DeRoos fue el responsable. Es muy importante señalar que cuando los investigadores interrogaron a DeRoos y a su esposa la mañana siguiente tras el asesinato, ambos dijeron que estuvieron juntos toda la noche y que no habían oído ni visto nada que involucra algún crimen.
Se sabe que luego de que la policía se marchara, DeRoos advirtió a su esposa que si los volvían a interrogar, no debían admitir que él había salido de casa esa noche "o irían a por él" pues tenía antecedentes penales.
Fue hasta 2014 cuando este terrible caso tuvo un avance, pues ese año se extrajo un perfil de ADN de una colilla de cigarro localizada junto al cuerpo de Curran. A pesar de que este perfil fue enviado a una base de datos criminal nacional de ADN, en aquella ocasión no se encontraron coincidencias.
Eso probablemente se dio debido a que el ADN de esa persona nunca se introdujo en la base de datos, probablemente porque esta no tenía una condena por delito grave.
Sin embargo, en 2019 se reabrió el caso y se decidió adoptar un nuevo enfoque de investigación, pues ahora en lugar de que un detective trabajara solo en el caso sin resolver, el departamento trató al crimen como si acabara de cometerse, por lo que un equipo de detectives y técnicos expertos se volcaron a revisarlo y discutirlo.
Este nuevo equipo comenzó a analizar de nuevo las pruebas, decidió analizar el ADN del cigarrillo mediante genealogía genética con el fin de identificar posibles familiares de la persona cuyo ADN no coincide.
Un experto concluyó que el ADN del cigarrillo tenía fuertes conexiones con familiares de DeRoos, tanto por parte paterna como materna.
Se sabe que los investigadores encontraron a un hermanastro vivo de DeRoos, quien estaba dispuesto a proporcionar una muestra de ADN, misma que reforzó la conclusión de que el ADN del cigarro pertenecía a DeRoos.
Finalmente los investigadores volvieron a interrogar a su entonces esposa, quien admitió ahora admitió que había mentido sobre la coartada de DeRoos.
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