El presidente Joe Biden abrió ayer el camino para sancionar a los gobiernos que detengan arbitrariamente a estadounidenses para ser utilizados como moneda de cambio y considera que en Venezuela el riesgo es alto.
Biden firmó un decreto para "traer a casa" a sus connacionales secuestrados o detenidos injustamente en el extranjero que implica mejorar el apoyo a sus familias y autoriza imponer sanciones financieras a aquellos que estén involucrados.
Además, el decreto permite a las agencias imponer condenas financieras a quienes estén implicados, directa o indirectamente, en secuestros o "detenciones injustas".
"El uso de sanciones no siempre puede ayudar a garantizar la liberación de alguien, por lo que seremos sensatos y estratégicos en el uso", dijo un funcionario estadounidense bajo condición de anonimato.
Washington introdujo también un nuevo indicador, llamado "D", para los países con alto riesgo de que los gobiernos detengan a estadounidenses. Y comenzó a señalar el dedo acusador contra seis: Venezuela, Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Birmania.
El indicador "D" se une al "K", que ya cubre el riesgo de secuestro y toma de rehenes por parte de actores no estatales. Asimismo, el Departamento de Estado emite avisos de viaje sobre destinos que conllevan peligro por consideraciones de seguridad, sanitarias, etc.
Tan sólo en Venezuela, gobernada por el presidente Nicolás Maduro y actualmente bajo sanciones, se tiene constancia de 11 estadounidenses detenidos.
AFP Y EFE
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