Ante la resistencia del Ejército ucraniano durante la invasión rusa y la pérdida de equipo bélico, el gobierno de Vladimir Putin se ha visto obligado a cambiar de estrategia e implementar drones señuelo como el JCS CSTS Dinamika, para tratar de contrarrestar sus bajas.
En más de dos meses de ataques, una parte importante de las bajas de Moscú han sido gracias a los misiles anticarro que países como España han enviado a Kiev y también a los sistemas antiaéreos que derriban aeronaves.
Un número indeterminado de estas naves no tripuladas han sobrevolado el espacio aéreo de Ucrania y algunas cayeron a la superficie alcanzadas por misiles, según Defence Blog.
Cuando los drones señuelo accionan, muchos son derribados por los sistemas de misiles Starstreak al creer que se trataban de aeronaves de guerra o de espionaje rusos. Con esta información, el Kremlin puede estimar posiciones de las baterías antiaéreas ucranianas y así emprender ataques o evitar zonas.
El modelo de dron que ha sacrificado Rusia para desvelar posiciones enemigas está especialmente concebido para servir de banco de pruebas. "El sistema está destinado a simular aviones teledirigidos y helicópteros de baja velocidad en los ensayos de armas experimentales", comentó la oficina de prensa de JCS CSTS Dinamika, el fabricante.
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