Ucrania acusó ayer a Rusia de frustrar un nuevo intento de evacuación de civiles de Mariúpol y de sembrar el "terror" con bombardeos que dejaron al menos ocho muertos en Odesa.
Rusia reivindicó el bombardeo de un arsenal de armas occidentales en la región de Odesa y Ucrania aseguró que reconquistó tres pueblos cerca de la frontera rusa en la región de Járkov (este), tras "feroces batallas".
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pidió reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para "poner fin a la guerra" que se apresta a entrar en su tercer mes desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero.
"Creo que quien empezó la guerra podrá ponerle fin", dijo Zelenski en una rueda de prensa en una estación de metro de Kiev.
Amenazó, sin embargo, con abandonar cualquier diálogo si Rusia mataba a los soldados ucranianos atrincherados en la gigantesca acería Azovstal, en Mariúpol, una ciudad portuaria del mar de Azov asediada y bombardeada desde inicios de marzo
"Unos 200 habitantes de Mariúpol acudieron al lugar desde el cual debían ser evacuados, pero fueron "dispersados" por los militares rusos, afirmó el alcalde adjunto de la ciudad, Petro Andryushchenko.
"Una vez más, los rusos han impedido una evacuación", fustigó Andryushchenko, denunciando igualmente que algunos de los residentes fueron obligados a subir a autobuses que los llevaron hacia Dokuchaievsk, una localidad ocupada por Rusia, 80 km al norte de Mariúpol.
La vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, advirtió por la mañana que las fuerzas rusas podrían organizar un corredor de evacuación paralelo hacia Rusia.
Un asesor presidencial ucraniano, Oleksiy Arestovich, dijo ayer que las fuerzas rusas habían reanudado los ataques aéreos contra la acería.
Más al oeste, el ejército ruso informó que había bombardeado con "misiles de alta precisión" un importante arsenal cerca de Odesa donde se almacenaban "armas extranjeras entregadas por EU y los países europeos".
Zelenski anunció que hoy recibiría al jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, y al secretario de Defensa Lloyd Austin.
Foto: AP
AFP y Reuters
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