Gracias al Rover Curiosity de la NASA, que se encuentra en el cráter de Marte llamado Gale, científicos hallaron nuevas evidencias de posibles signos de vida antigua en el Planeta Rojo. Utilizando el instrumento integrado en el robot, CheMin, que analiza los minerales presentes en las rocas y el suelo, se llegó a la conclusión de que el agua súper salada destruyó dichos probables signos de vida.
Según los investigadores, hace miles de millones de años, "Marte albergaba sistemas de lagos que podrían haber sostenido la vida microbiana". Sin embargo, a medida que el clima del planeta cambió, uno de esos lagos en el cráter Gale se secó, dejando restos de salmuera (agua súper salada), que se filtró entre los granos de tierra en el fondo del lago reseco y alteró las capas ricas en minerales de arcilla debajo.
"Solíamos pensar que una vez que estas capas de minerales arcillosos se formaron en el fondo del lago en el cráter Gale, se quedaron así, preservando el momento en el tiempo en que se formaron durante miles de millones de años", dijo Tom Bristow, investigador principal y líder de CheMin, a un comunicado de la NASA.
"Pero las salmueras posteriores rompieron estos minerales arcillosos en algunos lugares, esencialmente restableciendo el récord de rocas", agregó.
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La esperanza sigue viva
Según la NASA, Marte posee un tesoro de rocas y minerales más antiguos que los de la Tierra. Es por eso que los expertos decidieron que el mejor lugar para buscar la existencia de seres vivos en el Planeta Rojo mediante el Rover Curiosity era el cráter Gale. Por esa razón, la esperanza de encontrar signos de vida ahí continúa presente.
"Dado que los minerales que encontramos en Marte también se forman en algunos lugares de la Tierra, podemos usar lo que sabemos sobre cómo se forman en la Tierra para decirnos qué tan saladas o ácidas eran las aguas en el antiguo Marte", afirmó Liz Rampe, asistente de CheMin.
"Hemos aprendido algo muy importante: hay algunas partes del registro de rocas marcianas que no son tan buenas para preservar la evidencia de la vida pasada y posible del planeta", agregó Ashwin Vasavada, científico del proyecto Curiosity.