La crisis económica ocasionada por la pandemia de coronavirus dejó cerca de 50 millones de mujeres en condiciones de pobreza, según las estimaciones realizadas por ONU-Mujeres.
Anita Bhatia, vicedirectora ejecutiva de esta organización, indicó este jueves 25 de noviembre que en los países en desarrollo la mayoría de mujeres trabajan en el sector informal, fue el que más repercusiones tuvo por el confinamiento, en algunas lugares fue parcial o total , y muchas mujeres “ya se encontraban en los bordes de la pobreza, cayeron en ella”.
Ante el contexto de recesión, los gobiernos prepararon paquetes de estímulo y recuperación económica post-crisis dirigidos a programas sociales, o para remediar el desempleo juvenil, o para pagar seguros, pero hay muy pocos casos de programas de ayuda específica a mujeres.
También durante la pandemia, las mujeres sumaron actividades relacionadas con el cuidado de familiares y labores domésticas, las cuales antes eran labores que ya realizaba dicho sector de la población, “ahora este fenómeno se ha agravado, ya sea por estereotipos de género o por cuestiones culturales”, y las responsabilidades domésticas han recaído con más fuerza sobre las mujeres.
La vicedirectora ejecutiva de ONU-Mujeres puntualizó que son labores que “ha frenado la capacidad de las mujeres de volver al mercado laboral o incluso su deseo de hacerlo” y en consecuencia disminuyó el porcentaje de mujeres asalariadas.
Para Bhatia, las recetas para propiciar un reenganche de las mujeres en el mundo laboral son claras: hacen falta “políticas públicas y privadas” que permitan la creación de guarderías infantiles o los menús escolares, ya que solo con ayudas desde arriba van a conseguir las mujeres sentirse de algún modo liberadas de los quehaceres domésticos.
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