El papa Francisco, en su mensaje navideño, dijo que los líderes políticos y empresariales no deben permitir que las fuerzas del mercado tengan prioridad sobre las vacunas contra el COVID-19, ya que tienen que estar disponibles para todas las personas, además condenó el nacionalismo y "el virus del individualismo radical".
Francisco dio su mensaje Urbi et Orbi de forma virtual, desde un atril dentro del Vaticano en lugar de la aparición en el balcón central de la Basílica de San Pedro ante decenas de miles de fieles.
Al enfatizar que la salud es un problema internacional, pareció criticar el llamado "nacionalismo de las vacunas", que los funcionarios de la ONU temen que empeore la pandemia si los países pobres se suman a la campaña de inoculación en último lugar.
"Los más vulnerables y necesitados deben ser los primeros", declaró Francisco en el Salón de las Bendiciones del Vaticano, con sólo 50 empleados del Vaticano que usaban mascarillas.
El Pontífice también criticó a los que se niegan a usar mascarillas porque violan su libertad, una actitud que se ha generalizado en naciones como Estados Unidos.
Por su parte, el director general de la OMS elogió los "sacrificios" que hicieron millones de personas al mantenerse alejadas de su familia durante la Navidad".
Mientras en Europa, la reina Isabel II, de 94 años, dijo que "para muchos, este año quedará marcado por la tristeza: algunos lloran la pérdida de un ser querido, amigos y familiares sienten falta de otros, en tanto que para Navidad quisieran un simple abrazo o un apretón de manos (...) si éste es su caso, usted no está solo".
NUEVA CEPA, LATENTE
Un primer caso de la nueva cepa de COVID-19 fue detectado ayer en el centro de Francia, anunció el Ministerio de Salud local.
En Japón también hallaron por primera vez varios casos de esta nueva variante que portaban viajeros que llegaron al país procedentes de Reino Unido.
REUTERS, AFP y EFE