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James Comey: la audiencia más esperada de los últimos 20 años

MUNDO

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Washington.- El exdirector de la Oficina Federal de Investigaciones, James Comey, acusó al presidente Donald Trump y sus ayudantes de difamarlo pero negó que el mandatario le hubiera pedido directamente suspender la investigación en torno a la intervención rusa en las elecciones de 2016.
POR JOSÉ CARREÑO / ENVIADO
En la audiencia legislativa más esperada de los últimos 20 años en Estados Unidos, desde el intento de impugnar al presidente Bill Clinton en 1998, Comey aceptó que hizo "filtrar" sus notas sobre sus conversaciones privadas con el mandatario con la intención de provocar una investigación especial sobre la intervención rusa en las elecciones de 2016. De hecho, aceptó abiertamente que hizo notas de esas conversaciones debido a que "estaba honestamente preocupado de que (Trump) pudiera mentir sobre la naturaleza de nuestro encuentro". La sesión de dos horas en el Comité de Inteligencia del Senado, que normalmente trabaja a puertas cerradas, dejó claro sin embargo que Comey, consideró "impropio" que Trump le hubiera sugerido abandonar la investigación sobre los contactos con Rusia del general Michael Flynn, Consejero de Seguridad Nacional que debió renunciar por ello. Para Comey, no fue una orden pero si una "dirección", que luego puntualizó "me pareció preocupante". Igualmente, manifestó su incomodidad por los señalamientos de Trump sobre su trabajo, en privado y luego en público. Pero también subrayó que esperaba que la investigación iniciada por el Fiscal Especial Robert Mueller determine si hubo o no obstrucción de justicia.

Así fue la comparecencia de James Comey ante el Senado de Estados Unidos

En ese sentido, interrogado respecto a la supuesta existencia de grabaciones de la Casa Blanca sobre sus conversaciones privadas con Trump, expresó el deseo de que las hubiera y sean divulgadas. Pero su testimonio también dejó entrever la irritación de Comey con un presidente que le pidió lealtad personal y al que acusó de haber mentido respecto a las causas de su despido del FBI con el pretexto de que sus subordinados estaban ampliamente insatisfechos con su liderazgo. Trump y sus ayudantes "optaron por difamarme a mí y aún mas importante, al FBI", dijo.

LA MOLESTIA ES MUTUA

Aun antes de iniciada la sesión los medios informativos mencionaban a fuentes cercanas a la Casa Blanca para criticar a Comey y su manejo de la información. Luego de la audiencia el abogado de Trump, Marc Kasowitz, acusó al exfuncionario de la filtración de documentos y apuntó que la Casa Blanca "permitirá" que las autoridades determinen si investigan las acciones de Comey. Sarah Huckabee, portavoz de la Casa Blanca, indicó por su parte que "puedo decir que el presidente no es un mentiroso". Pero para muchos en Washington se trata de una cuestión de credibilidad y Comey, con una reputación de seriedad, contrasta con un mandatario al que se verifican todas sus declaraciones y es frecuentemente encontrado en falta. Comey también optó por dejar una serie de preguntas sin respuesta, aunque bajo el alegato de que preferiría no hacerlo en una sesión abierta al público. Pero también destacó que en su opinión, sí hubo intentos rusos por influenciar las elecciones presidenciales estadounidenses y que espera vuelvan a intentarlo. La politización de caso se hizo evidente en la atmósfera que rodeó la audiencia, a pesar de que la declaración formal del exfiscal fue divulgada la tarde del miércoles en una medida fuera de lo normal. Pero el adelanto de las declaraciones no pareció restar la expectación. De hecho, hubo "colas" para entrar al salón de sesiones donde se realizó la audiencia y en algunos restaurantes de la ciudad se ofrecieron tratos especiales para quienes desearan seguirla por televisión. Algunos senadores republicanos, como el presidente de Comité, Richard Burr y el exasperante presidencial Marco Rubio mataron de restar importancia a los señalamientos de Comey los demócratas como Dianne Feinstein y Mark Warner, trataron de realzarlos.