Para muchas personas, la muerte significa el fin de un legado para dar paso a nuevos tiempos, pero figuras como Diana, la princesa de Gales, parecen trascender aún después de que su cuerpo físico dejó este plano terrenal. Y es que además de tener un estilo único que ha perdurado a través de los años, también es recordada por ser una defensora incansable de causas humanitarias desafiando las convenciones de la época.
Una de sus labores más destacadas se encuentran su trabajo para desestigmatizar el VIH/SIDA en un momento en que la enfermedad era ampliamente incomprendida y temida. Diana se esforzó por cambiar la percepción pública, llegando a fotografiarse tocando a personas afectadas, lo que rompió barreras sociales y ayudó a cambiar actitudes a nivel global.
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Es por ello que no es de extrañar que su legado continúe construyéndose aún después de su trágica muerte en un accidente automovilístico el 31 de agosto de 1997. Y entre los muchos recuerdos que guarda el mundo de Lady Di, se encuentran sus flores favoritas, mismas que crecen dentro y fuera del Palacio de Kensington, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y un recordatorio constante de la emblemática figura que fue.
¿Cuáles eran las flores favoritas de Lady Di?
La relación de Diana con las flores es un símbolo potente de su vida y su legado, ya que también fue conocida por su amor por la jardinería, cultivando un especial interés por las rosas, y es significativo que una variedad haya sido nombrada en su honor: la "Rosa Princesa de Gales". Sin embargo, las flores que verdaderamente capturan la esencia de Diana son las "nomeolvides" (Myosotis), unas pequeñas flores de pétalos azules que se convirtieron en sus favoritas.
Tras su muerte, estas flores han adquirido un significado aún mayor, pues durante los días que siguieron a su trágico fallecimiento, millones de personas de todo el mundo inundaron el Palacio de Kensington con tributos florales, creando un mar de colores que reflejaba el impacto global de su pérdida. Se estima que más de 60 millones de flores fueron depositadas en su memoria, un testamento del amor y respeto que inspiró en personas de todas las edades y procedencias.
El destino de estas flores, cuidadosamente recolectadas por voluntarios, fue igual de significativo: las flores frescas se distribuyeron entre hospitales y hogares de ancianos, mientras que las marchitas se utilizaron para fertilizar los jardines del Palacio de Kensington. Así, incluso en la muerte, las flores que representaron la vida de Diana continuaron sirviendo a la comunidad, un gesto que sin duda ella habría apreciado.
De esta manera, el Jardín Blanco en el Palacio de Kensington fue creado en su memoria, convirtiéndose en un lugar donde las nomeolvides ocupan un lugar central, rodeadas por lirios blancos y rosas, en un tributo que captura la esencia de Diana, por lo que este espacio no solo es un recordatorio de su amor por las flores, sino también un símbolo de la renovación y la esperanza que sigue inspirando en millones de personas.
Por su parte, el jardinero jefe del palacio, Sean Harkin, ha señalado que este jardín fue diseñado para reflejar los gustos personales de Diana y servir como un lugar de reflexión para quienes la amaban. Aquí, las y los visitantes pueden experimentar una conexión tangible con la princesa, en un entorno que emana la serenidad y la compasión que ella tanto valoraba.
¿Cómo cultivar "nomeolvides", las flores favoritas de Lady Di?
Cultivar nomeolvides (Myosotis), las flores que Lady Diana tanto amaba, es una actividad gratificante que puede añadir un toque de nostalgia y belleza a cualquier jardín. Estas flores, conocidas por sus delicados pétalos azules, son relativamente fáciles de cultivar y mantener. A continuación, te ofrezco una guía sobre cómo hacerlo:
- Selección del lugar adecuado: estas flores prefieren lugares con sombra parcial, aunque pueden crecer en áreas con sol directo en climas más frescos. Elige un lugar en tu jardín que reciba luz indirecta o sombra durante parte del día.
- Preparación del suelo: crecen mejor en suelos húmedos, bien drenados y ricos en materia orgánica. Si tu suelo es muy arcilloso o arenoso, considera mejorarlo con compost o turba para proporcionar los nutrientes necesarios.
- Siembra las semillas directamente en el suelo durante el otoño o principios de la primavera. Esparce las semillas sobre la superficie del suelo y cúbrelas ligeramente con una capa fina de tierra y deja unos 10 o 15 cm de espacio entre las plantas para que tengan suficiente espacio para crecer.
- Mantén el suelo constantemente húmedo, especialmente durante la germinación y los primeros meses de crecimiento. Las nomeolvides no toleran bien la sequía, por lo que es importante asegurarte de que no se sequen.
- Fertilización: no necesitan fertilización frecuente, pero puedes aplicar un fertilizante balanceado en primavera para estimular un crecimiento saludable. Tampoco es necesario podar las nomeolvides, pero puedes retirar las flores marchitas para fomentar una floración continua.
- Floración y propagación: estas flores suelen florecer en primavera y principios de verano. Después de la floración, las plantas producirán semillas que puedes recolectar para replantar o dejar que se auto-siembran para la próxima temporada.