Una de las principales amenazas en la conservación de los alimentos es la aparición del moho, una capa que puede ser blanca, verde, azulada o marrón y de una textura parecida al algodón.
Creado a partir de cientos de hongos microscópicos, aparece como parte del proceso natural de descomposición de los alimentos y es una de las señales más visibles de que éstos pueden hacernos daño.
Sigue leyendo:
Ciertas enfermedades pueden olerse: estudio
El truco definitivo para eliminar los malos olores en el refrigerador
Despídete del mal olor: esta es la inyección que te ayudará a eliminarlas de la nevera
Aunque algunos de estos hongos microscópicos son comestibles, como los que crecen en ciertos quesos maduros, la mayoría de ellos producen micotoxinas, las cuales pueden causar graves enfermedades si se consumen con frecuencia.
De acuerdo con los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos, el consumo de alimentos en mal estado por hongos pueden causar desde malestar estomacal y diarreas, hasta la aparición de ciertos cánceres en el hígado y los riñones.
¿Qué provoca la aparición del moho en los alimentos?
Como la mayoría de los hongos, el moho se alimenta del azúcar y el agua presente en los alimentos. Cuando comienza el proceso de descomposición de los alimentos, este tipo de hongos parasitarios suele aparecer.
Hay otras condiciones básicas para su desarrollo. Los ambientes húmedos y cálidos favorecen el crecimiento de este tipo de organismos, por lo que incluso pueden crecer al interior del refrigerador.
Aunque la parte visible del moho es la pelusa de colores que crece encima de los alimentos, por lo regular tienen profundas raíces en ellos, por lo que no basta con cortar la parte enmohecida para evitar las intoxicaciones.
De hecho, el crecimiento de ciertos tipos de moho en alimentos como las salsas de tomate o catsup puede favorecer el desarrollo de bacterias, como la Clostridium botulinum, la cual causa botulismo.
¿Qué hacer si tienes alimentos enmohecidos?
El consejo de los expertos ante los alimentos enmohecidos es desecharlos, sin importar que a simple vista hayan afectado una área relativamente pequeña, debido a que pudieron contaminar otra parte de la comida.
La comida en mal estado debe tomarse con guantes y los recipientes tienen que desinfectarse con cloro y lavarse a profundidad para evitar que los remanentes de los hongos permanezcan.
Además, otro consejo importante es desinfectar el refrigerador, puesto que el frío no destruye el moho ni su relativo peligro.