La actividad física es un componente esencial de un estilo de vida saludable. Pero, ¿qué sucede cuando nos enfermamos? ¿Es beneficioso o perjudicial hacer ejercicio cuando tenemos gripa? Todo dependerá de la gravedad de tus síntomas y cómo te sientes en general. Si tienes dudas, lo mejor es consultar con un médico, pues la salud siempre debe ser la prioridad.
Eso sí, la Clínica Mayo sostiene que si se tiene COVID-19 u otro padecimiento contagioso, no se debe hacer ejercicio junto con otras personas para evitar la propagación del virus, por lo que debes evitar los gimnasios a toda costa.
¿Es recomendable?
Algunos expertos señalan que si los síntomas son leves y se localizan por encima del cuello (como congestión nasal, estornudos y dolor de garganta leve), es posible salir a hacer deporte moderado. De hecho, puede ayudar a aliviar la congestión nasal temporalmente al abrir los conductos de la nariz.
Sin embargo, el doctor Edward R. Laskowski de la Clínica Mayo recomienda reducir la intensidad y duración del entrenamiento. En lugar de correr, por ejemplo, se podría optar por una caminata.
¿En qué casos es mejor reposar?
Por otro lado, el mismo experto sostiene que si los síntomas son como congestión en el pecho, tos áspera o malestar estomacal, es mejor abstenerse. Lo mismo aplica si se tiene fiebre, fatiga o dolor muscular generalizado. En estos casos, el cuerpo necesita descansar para recuperarse.
La clave está en escuchar a nuestro cuerpo, si nos sentimos mal, es mejor tomar no exigirse de más. Unos días sin activarse cuando estamos enfermos no afectarán nuestro rendimiento. Podemos reanudar gradualmente nuestro entrenamiento habitual a medida que empezamos a sentirnos mejor.
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