El estrés es una situación que generando un malestar corporal incontrolable, que puede afectar los hombros, la cabeza o la visión, entre otras regiones del cuerpo. Es que el sentimiento de tensión corporal o emocional, generando por distintas situaciones vinculadas al nerviosismo, frustración o ira, se ve reflejado en dolores agudos, perjudicando la postura y desencadenando en otros problemas más graves. Para combatirlos existen distintos remedios caseros, que inclusive serán útiles para reducir la ansiedad.
Antes que nada, es menester reconocer el tipo de estrés que está afectando a tu salud. Puede ser un estrés agudo que se manifiesta a corto plazo y que afecta al 90% de la población debido a discusiones con familiares, pareja o amigos o frente a una actividad cargada de emotividad. El segundo tipo de estrés es el crónico, una sensación que surge por problemas de matrimonio, laborales o económicos, es decir por cuestiones que duran en el tiempo. Mientras que la tercera rama llega en un momento en el que el afectado lo toma como algo natural y ya deja de ser un problema, por lo tanto no aplica los remedios caseros para contrarrestarlo.
Desarrollar una práctica deportiva constituye el primero de los métodos anti estrés y ansiedad, ya que puede ayudar a incrementar los niveles de neurotransmisores del cerebro, produciendo endorfinas. Además, la meditación también puede ser una alternativa para encontrar la paz y el equilibrio.
En cuanto a la alimentación, ingerir ácidos grasos con omega 3 reduce los niveles de estrés, sumado a la incorporación de una dieta saludable, esencial para la salud en otros aspectos también. Por su parte, el té verde es una de las opciones más eficaces ya que disminuirá el nerviosismo y calmará la ansiedad notablemente.
Por último, otro de los remedios caseros para reducir los niveles de estrés y ansiedad están vinculados a las actividades sociales, compartiendo momentos con familia y amigos que colaborarán a recudir las situaciones tensas, como así también mantener el sentido del humor mediante la risa, ¿qué mejor remedio que un abrazo de un ser querido?