El maltrato infantil es uno de los problemas sociales más importantes en México, el cual, a pesar de tantas campañas de información y prevención, sigue en aumento. Siete de cada 10 niños mexicanos sufren algún tipo de violencia, como el abuso sexual o la omisión de atención y cuidados. Esta cifra nos ubica en la posición más alta de maltrato infantil entre los 34 países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Por otro lado, UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) estima que, en México, alrededor del 60% de los niños y las niñas ha sufrido maltrato en algún momento de su vida. Para determinar este lamentable fenómeno, se requiere una labor de investigación y análisis profundos, con distintos instrumentos que utilizan los profesionales en el área de salud.
Sabemos que te preocupa el desarrollo de tu hijo o hija en todas sus esferas de vida. Cuando llegue el momento de que asista a la guardería o la escuela (o quizá ya haya ingresado) y esté construyendo la parte social que es indispensable en su desarrollo, es muy importante poder detectar a tiempo si está sufriendo algún tipo de maltrato, abuso o violencia (física, psicológica, sexual o de otra índole). De hecho, la violencia o maltrato infantil puede ocurrir desde los primeros meses de vida. Eso sí, cualquier tipo atenta contra la integridad de un niño y basta con que suceda una vez para considerarse violencia.
El lenguaje como herramienta de detección
El niño está continuamente desarrollando y poco a poco conoce una forma intencional de expresar algo que le gusta, no le gusta o le incomoda. Podemos entender el lenguaje como cualquier forma de comunicación: gestos, señas, habla, dibujo y emociones. ¡Maravilloso! El lenguaje es una necesidad de todos y una fuente poderosa de información.
Ya que tú has creado un vínculo fuerte con tu hijo, él o ella puede expresarse, con sólo una mirada o una sonrisa, lo que le ha pasado o cuando algo le preocupa. Con el lenguaje, el niño transmite haciendo o dejando de hacer cosas.
Observa sus reacciones y expresiones ante otras personas, aunque sean conocidas y aunque el niño sea muy pequeño
7 señales de maltrato o violencia en su lenguaje
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Tu hijo ya hablaba y dejó de hacerlo de un momento a otro. No tiene disposición para comunicarse.
- Deja de hablar en un momento muy específico de sus actividades o cuando se encuentra con cierta persona (mutismo selectivo).
- Presenta repentinamente disfemia (tartamudez) que antes no tenía y que puede aparecer en ciertos momentos o con determinadas personas.
- Utiliza lenguaje verbal agresivo o depresivo durante el juego.
- El lenguaje corporal del niño puede cambiar: se encorva o agrede por cualquier situación.
- Si ya usaba frases completas y claras, de pronto puede tener un discurso con ideas incongruentes o que no se le entiende.
- En sus dibujos expresa sentimientos distintos a los que había mostrado o situaciones de conflicto y dolor. De cualquier forma, manifiesta un evidente cambio o distorsión en relación a lo que dibujaba.
Si identificamos estas señales, sería importante llevarlo con un especialista en lenguaje. El conocimiento de las emociones desde edades muy tempranas es esencial en el desarrollo del lenguaje y es de mucha ayuda para que el niño pueda crear y expresar su propio juicio de cualquier vivencia, justo en conjunto con las emociones.
Otros signos importantes
Podemos observar algunas de estas consecuencias (o todas) en un niño que está siendo víctima de algún tipo de maltrato o violencia:
- Trastornos de sueño
- Pesadillas
- Poca atención a lo que antes le parecía muy atractivo
- Disminución o aumento del apetito (sin equilibrio)
- Baja su actividad física o llega a ser torpe
- Conducta desafiante
- Síntomas de depresión infantil
- Revisa su cuerpo: si tiene dolores, heridas o moretones de un día a otro, y muestra miedo de expresar lo que le pasó
Mitos sobre la violencia infantil
Se cree, de manera popular, que es poco frecuente, que el riesgo está en la calle (sobre todo en casos de abuso sexual), que ocurre en familias desestructuradas y de bajo nivel socioeconómico, y peor aún, que la violencia física es la mejor manera de someter a un niño para que obedezca. En cuanto a los malos tratos y al abuso sexual, es increíble que muchas personas todavía consideren que es inevitable y que, si sucede, es mejor no denunciar para salvaguardar la integridad del niño o niña, y de su familia.
La realidad es la siguiente: en México, cada día hay más de 1640 denuncias por el delito de violencia infantil, con mayor incidencia de violencia sexual. Ocurre en cualquier ámbito: en la familia, en la escuela, con amigos, en la calle. En el 93% de los casos de maltrato infantil, el agresor es una persona involucrada directamente con el niño; es un mito que sólo corre peligro con extraños. Puede vivirse en todos los tipos de familias. Con mucha frecuencia se utiliza la violencia psicológica hacia los menores, por ejemplo, manipulación, engaños o amenazas.
Un ambiente de respeto, confianza y comunicación en casa puede prevenir cualquier tipo de violencia o maltrato infantil. Es una obligación denunciar, no lo olvidemos. Los niños y las niñas deben ser protegidos y recibir atención profesional en cualquier caso.