Dice un frase popular que "sólo los borrachos y los niños dicen la verdad" y puede que sea un 50% verdad, pues hay quienes bajo el influjo del alcohol hasta se inventan otro nombre, pero con los niños hasta la ciencia ha comprobado que hasta cierta edad son incapaces de guardar secretos.
Los niños tardan algún tiempo en aprender a no revelar secretos, de hecho lo consiguen hasta los 6 años, aproximadamente, afirma la investigación "Mantenga al gato en la bolsa: los niños entienden que contar el secreto de un amigo puede dañar la amistad" un grupo coordinado por Zoe Liberman, de la Universidad de California en Santa Bárbara.
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Con ayuda de dibujos, los investigadores preguntaron a un grupo de 118 niños de distintas edades a quién pedirían que les guardara un secreto, a si un amigo o a un compañero de clase. Los niños de 3 a 5 años no hacían ninguna distinción; en cambio, los que tenían entre 6 y 11 años, sí.
Los pequeños del grupo de edad mencionado entendieron que un amigo guardaba mejor las confidencias. Un estudio posterior con 255 jóvenes participantes demostró que los niños no comprenden hasta los 6 años que una amistad sale perjudicada cuando se desvela un secreto. Por el contrario, los más pequeños no distinguían entre secretos personales y meros hechos.
"Tomados en conjunto, nuestros resultados indican que a los 6 años de edad, los niños comprenden que las relaciones sociales pueden aumentar las obligaciones de las personas de guardar los secretos de los demás, y que no hacerlo puede dañar la relación señala el estudio.
A lo largo de la infancia se desarrolla un sentido asociado al significado especial que los secretos compartidos tienen en las relaciones sociales íntimas, concluyen los autores.
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