Vicente Fernández es el ídolo vivo más importante de la canción en México, un hombre cuya historia de vida no es un secreto para nadie, pues el denominado "Charro de Huentitán", tuvo un inicio muy duro en busca de una oportunidad para que su talento vocal fuese apreciado.
Don Vicente Fernández nació el 17 de febrero de 1940 y la situación económica en su casa no era la que ahora goza el cantante de 81 años. Su padre fue Ramón Fernández Barba fue un ganadero de profesión y la señora Paula Gómez, en repetidas ocasiones el papá de "Los Tres Potrillos", ha mencionado que tras la mala fortuna que tuvo en sus labores en el campo, emigró al lado de su padre a la ciudad de Tijuana, Baja California en busca de mejores oportunidades.
El intérprete de "A mí manera", tuvo diversos empleos entre los que destacan bolero, albañil y pintor, hasta que viajó a la Ciudad de México en busca de su primera oportunidad en la música. Ya en la capital, primero tuvo que picar mucha piedra, a veces daba tantas serenatas que su garganta le pasaba la factura, así hasta que tras la muerte de Javier Solís, se le dio la primera oportunidad y hoy es el fundador de una dinastía de cantantes que ponen en alto el nombre de la música mexicana.
Vicente Fernández llora cada que ve su rancho
El ídolo que ha conseguido todo en su carrera y ha viajado por el mundo, sin embargo, toda la fama y fortuna no pudo compartirla con sus padres, quienes murieron antes de que él lograra el sueño de estar en lo más alto de la música.
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Hace unos años, en una entrevista con la revista Quien el charro confesó con los ojos llorosos que lo que más anhelaba su madre era una casa propia y su papá tener ganado, así que cuando monta su caballo y recorre los rincones de "Los Tres Potrillos", no puede dejar de no ponerse triste al recordarlos.
"Ahora cuando veo esta casa y este rancho no aguanto, se me mojan los ojos", dijo a la revista.
psc