En la jornada electoral existen distintos ejercicios que se llevan a cabo para acelerar los escenarios de posibles ganadores y tendencias sobre las coaliciones o candidatos que puedan resultar favorecidos.
Uno de esos ejercicios estadísticos son las llamadas encuestas de salida, que son muy similares a cualquier otra encuesta, solo que estás se llevan a cabo a los votantes que salen de las casillas inmediatamente después de emitir el sufragio y de manera directa.
Dichas encuestas pueden ser de manera tradicional con papel y pluma a la mano o bien ‘offline’, utilizando una tableta electrónica o un teléfono inteligente.
El ejercicio mide hacia quien fue dirigido el voto, coalición o candidato y es un ejercicio que se realiza para predecir los resultados oficiales, sin embargo, sus resultados no son oficiales y por lo tanto no pueden tomarse como un ejercicio definitorio.
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La razón principal por la que las encuestas de salida se desmarcan de los resultados finales de la elección se debe a un sesgo de muestreo o de respuestas.
Ejercicio confiable
Por esa razón se debe identificar, además de los lugares donde se va a llevar a cabo, el tipo de votantes dentro de cada casilla en la que se aplica el ejercicio.
Cuando son realizadas correctamente, los datos pueden predecir resultados de las elecciones con un alto grado de confiabilidad y son motivo de aliento para los candidatos o partidos involucrados.
Las encuestas de salida constituyen un registro de la acción que acaba de suceder, a diferencia, por ejemplo de las encuestas electorales que pueden realizarse para medir la aceptación de las propuestas que traen los candidatos, antes de llevarse a cabo una elección.
Además son útiles para detectar fraudes, ya que si los resultados de una encuesta de salida son muy diferentes a los reales, pueden impulsar una investigación para descubrir por qué podrían existir esas diferencias.
Con información de Question Pro
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