El panorama político actual requiere elecciones que sean pilares fundamentales para determinar el destino de las naciones. En este año 2024, más de 65 países, incluyendo México, se enfrentarán a la tarea de llevar a cabo procesos electorales en medio de desafíos complejos. Sin embargo, en los últimos años ha surgido una amenaza que podría socavar la integridad de estas elecciones: los deepfakes generados por la inteligencia artificial (IA).
Los deepfakes, para aquellos no familiarizados con esta tecnología, son contenido audiovisual manipulado mediante técnicas de IA para crear engaños difíciles de detectar. En el contexto electoral, ello podría traducirse en la difusión de videos falsos de candidatos políticos, en los cuales parezcan decir o hacer cosas que nunca ocurrieron. Estos videos podrían compartirse en redes sociales, generando confusión entre los votantes y minando la confianza en los procesos democráticos.
En el caso de México, en el 2024 se celebrarán las elecciones más grandes registradas en el país, con una participación esperada de aproximadamente 98 millones de votantes y más de 20,250 cargos en disputa. Entre ellos se encuentran la elección presidencial, el Senado, la Cámara de Diputados, las gubernaturas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y la renovación de los congresos locales.
Dada la magnitud de estas elecciones y el nivel de polarización política que prevalece en el país, sumado al intenso uso de las redes sociales, se crea un escenario susceptible a la propagación de contenido deepfake.
¿Qué medidas se pueden tomar para mitigar esta amenaza? Los expertos en la materia proponen, entre otras, las siguientes recomendaciones:
Inversión en investigación: Es crucial destinar recursos adecuados a la investigación y desarrollo de métodos avanzados para detectar y autenticar deepfakes. Esto implica apoyar a investigadores y académicos que trabajan en el campo, así como fomentar la colaboración entre instituciones educativas, empresas y organizaciones sin fines de lucro.
Estándares y colaboración: Además de fomentar la colaboración entre gobiernos, empresas de tecnología, expertos en seguridad y organizaciones de la sociedad civil, se podría promover la creación de estándares y directrices internacionales para abordar los deepfakes.
Sistemas de monitoreo en línea: Establecer sistemas de monitoreo en línea resulta esencial para detectar y eliminar rápidamente deepfakes que puedan tener un impacto perjudicial, especialmente durante los períodos electorales. Estos sistemas podrían implicar la colaboración entre plataformas de redes sociales, expertos en seguridad y organizaciones gubernamentales para identificar y eliminar deepfakes de manera oportuna.
Promover la conciencia pública: Educar a los ciudadanos sobre los riesgos asociados con los deepfakes. Brindar orientación sobre cómo verificar la autenticidad del contenido y fomentar una actitud crítica hacia el consumo de contenido político en línea.
En resumen, los deepfakes representan una amenaza significativa para la democracia, ya que pueden minar la integridad de los procesos electorales al difundir información falsa y engañosa. La buena noticia es que existen una serie de acciones que pueden contrarrestar este peligro, destacándose la de fomentar la conciencia pública para que los ciudadanos estén informados y sean capaces de discernir la autenticidad del contenido que consumen.
Solo a través de un esfuerzo conjunto y medidas proactivas podemos proteger la integridad de nuestras elecciones y fortalecer nuestras democracias.
