Con “El gesticulador”, Rodolfo Usigli (1905-1979) incomodó rápidamente. “No le gustó al partido hegemónico, o a los mandamases del partido hegemónico, que se sintieron agredidos, descritos, pintados, se sintieron señalados, pero mi padre nunca tuvo la intención de agredir, de atacar a nadie, simplemente estaba describiendo y criticando una conducta que estaba lesionando lo que resultó de la Revolución”, considera Alejandro Usigli, hijo de quien, para muchos, es precursor del teatro moderno mexicano.
El mismo dramaturgo lo recordó en una nota escrita en 1972: su obra había tenido que esperar siete años, desde 1937 a 1944 para ser editada y otros tres más para ser presentada, en 1947, ante el público. Tras su montaje, tuvo “los honores del insulto, la calumnia, la diatriba, la parodia, la burla y el sabotaje sindical ordenado por un dirigente obrero sindical, que se creyó aludido”, agregó en el mismo texto.
A pesar de ser llevada al cine y de estrenarse en Argentina, Chile, Colombia, Estados Unidos, Polonia y Checoslovaquia, la pieza siguió enfrentando obstáculos, que arrastraron toda la obra de Usigli, para ser editada. “El Fondo de Cultura Económica (FCE) era una visita acostumbrada, pero ninguna comunicación sirvió para nada. En la última entrevista que tuve me preguntaron ‘¿por qué pasó tanto tiempo para reimprimir sus obras?’... la razón es “El gesticulador””.
A propósito del 120 aniversario del natalicio del también poeta, narrador y diplomático, el FCE salda la deuda pendiente: tanto “El gesticulador” como “Ensayo de un crimen” (cuya adaptación fue llevada a la pantalla grande por Luis Buñuel) aparecen ahora en la Colección Popular de la editorial pública.
“El final de la Revolución dejó muchas cosas inconclusas y mucha gente se aprovechó, y eso es lo que Usigli estaba señalando en su obra, pero no estaba dedicada a nadie absolutamente; el espíritu de Usigli era hacer una crítica constructiva de la sociedad mexicana, que desde el fin de la Revolución o desde el siglo XVI, desde la época virreinal, todo lo que nos llegaba de España se convertía en un lastre, era una simulación”, dice Alejandro.
“El gesticulador” no fue la única obra de Usigli que incomodó, también fue el caso de “Estado de secreto”, “sus amigos le habían dicho ‘estas obras no las vayas a presentar aquí en la Ciudad de México, porque puede irte muy mal, no arriesgues tu vida’. En esa época, él estaba en pláticas con Fernando Soler y su esposa Sagra, que tenían su compañía y andaban haciendo gira por la República, estrenaron “Estado de secreto” en Guadalajara, con buena recepción, pero todo muy callado, porque no se podía aplaudir algo que describía el actuar de quienes estaban manejando el poder”.
Tras la reedición de los dos libros, señala Alejandro, las pláticas con el FCE continúan para agregar más títulos a la Colección Popular, incluidas obras narrativas como la novela “antihistórica” “Corona de luz”, que aborda el tema de las apariciones de la virgen de Guadalupe.
ELEMENTOS
- "El gesticulador" se sitúa en los años 30 del siglo XX mexicano.
- El protagonista es el general César Rubio, caudillo idealista de la Revolución.
- Estrenada en el Palacio de Bellas Artes en 1947, fue retirada a las pocas semanas.
Por Luis Carlos Sánchez
EEZ