Quizá porque en el primer Congreso Internacional de la Familia, el año pasado en Guadalajara fue uno de los Speaker más taquilleros o quizá por aquello de que nadie es profeta en su tierra, una de las participaciones para mí más esperadas fue la de Tomás Melendo.
Si lees su currículo con detenimiento, corres el riesgo de pensar que es una persona mayor, demasiado elevada y hasta cierto punto aburrida: cursos y más cursos, licenciaturas, doctorados y estudios superiores por todos lados, viajes a muchos países y estancias largas en Italia, Alemania, México... Experto, master, fundador y miembro de organismos importantes, más de 80 libros. La realidad es que Tomás, sin ser un chamaco, resultó ser una persona que piensa joven y a fondo a la vez; entrevistarlo para mí resultó fascinante, una hora me pareció poco.
Nadie en tan poco tiempo me había dado tantas ideas válidas, prácticas y profundas sobre cómo fortalecer a mi familia.
De la fortaleza de la familia depende directamente la salud social y cultural de un país
Empezamos hablando de la familia como base de la sociedad, como la célula principal de la sociedad, y terminó diciendo que de su fortaleza depende directamente la salud social y cultural de un país.
La familia como base de la sociedad significa que es el núcleo fundamental donde se construyen los valores, las relaciones humanas y los principios que luego impactan a la sociedad en su conjunto.

En resumen, asegura Tomas Melendo, la salud y fortaleza de las familias tienen un efecto directo en la estabilidad y desarrollo de la sociedad. Como decía Juan Pablo II, "Como es la familia, así es la sociedad, porque así es el hombre". Si fortalecemos nuestras familias, inevitablemente mejoraremos la calidad de vida de las comunidades y el mundo en general.
Antes de responder a mi principal preocupación —que era cómo fortalecer una familia—, Melendo quiso explicarme la relación entre familia, individuo y sociedad; existe, aseguró, un flujo inevitable y fuerte entre la vida familiar y los valores que imperan en la sociedad. Las familias fuertes contribuyen positivamente al tejido social, a las débiles les sucede lo contrario.
La fortaleza de cada familia tiene efecto directo en la fortaleza de la sociedad
Según el filósofo, la fortaleza de cada familia tiene un efecto directo en la fortaleza de la sociedad. Una familia unida y llena de amor proyecta sus valores hacia afuera, contribuyendo al bien común; en contraste, una familia debilitada permite que influencias externas negativas penetren y afecten tanto al núcleo como al tejido social.
La relación entre familia, individuo y sociedad es fundamental y dinámica, ya que cada uno influye profundamente en los otros. Melendo ve estas relaciones como procesos de ósmosis entre los fluidos: o la familia permea a la sociedad o las sociedades permean a la familia.
Finalmente, entré con Tomás al tema toral de la entrevista, descubrir y clarificar aquello que fortalece de verdad, de fondo, inevitablemente a la Familia.
Hay que recordar que Melendo es filósofo. Por eso, no se anduvo por las ramas y abordó pronto el fondo de la cuestión, los transcendentales; mismos que nos tradujo con la sencillez que requiere un padre o una madre de familia que los quiere conocer y aplicar para fortalecer la suya.
4 principios para fortalecer la familia
Son 4 principios que, como cuatro paredes, permitirán que la familia crezca y se fortalezca y en la batalla de la presión salga ganadora sobre la fuerza negativa que en ella pueda ejercer la sociedad. Amor, Bondad, Verdad y Belleza son las cuatro paredes que Melendo propone para fortalecer siempre a las familias.
Cuando el amor, la bondad, la verdad y la belleza se integran, la familia se convierte en un lugar de crecimiento personal y refugio espiritual. Estos valores crean un ambiente donde las personas pueden desarrollar su potencial y, al mismo tiempo, ofrecer lo mejor de sí mismas a la sociedad.
Amor
Cuando el amor es el fundamento de las relaciones familiares, la familia está protegida. Para Melendo el amor es el motor que une a los miembros de la familia, además de permitirles la comunicación, el respeto mutuo y el apoyo incondicional.
Por otro lado, el amor conyugal es básico en la familia, es su origen y da seguridad y confianza a los hijos. Melendo apoya también la máxima de que los hijos necesitan que sus papás los quieran pero sobre todo necesitan que sus papás se quieran entre sí.
El tiempo que se dedica a la familia, y que es consecuencia del amor, no solo fortalece a los individuos, sino también al entorno social que los rodea, generando un impacto positivo en la sociedad; finalmente, afirma también el Dr. Melendo, existe el amor en acción, que se traduce ordinariamente en sacrificios, empatía y comprensión entre los miembros de la familia y, además, enseña a los hijos a amar y ser amados.
Bondad
La bondad necesariamente fortalece los lazos familiares y fomenta un ambiente de respeto, apoyo y amor. El Dr. Melendo explica en 4 puntos cómo se manifiesta su impacto en la familia:
- Es base de las relaciones familiares, se refleja en acciones simples como escuchar activamente, ofrecer ayuda o mostrar gratitud. Estos gestos crean un clima de confianza y seguridad; la bondad implica ponerse en el lugar del otro, entender sus emociones y actuar con sensibilidad hacia sus necesidades.
- Impacta en el bienestar emocional porque fortalece la autoestima; cuando los miembros de una familia son buenos, cada persona se siente valorada y respetada, lo que contribuye a una autoestima saludable; finalmente, esa bondad promueve la resiliencia, ayuda a los integrantes a enfrentar desafíos con mayor fortaleza emocional.
- Ayuda a resolver los conflictos. Si se abordan los desacuerdos con bondad, en lugar de recurrir a la crítica o el desprecio, estos se resuelven de manera constructiva, fomentando el entendimiento mutuo; y, además, se evitan resentimientos, se reducen tensiones. se previene la hostilidad.
- La Bondad como ejemplo para los hijos, modelando comportamientos positivos, los niños aprenden observando a sus padres y practicar lo bueno les enseña a ser generosos, compasivos y respetuosos.
En resumen, la bondad no solo enriquece las relaciones dentro del hogar, sino que también tiene un efecto positivo en el desarrollo personal de cada miembro. Practicarla diariamente transforma la dinámica familiar y contribuye a forjar una sociedad más armoniosa.
Verdad
La verdad es un valor esencial en la familia y en la sociedad, ya que fomenta la confianza, la autenticidad y el respeto mutuo. El Dr. Melendo entiende en primer término la verdad como un atributo de la realidad en sí misma. Dicho de otro modo, la concibe como algo que no reside solo ni principalmente en la mente o en el criterio de cada persona. La verdad, nos explicó Melendo, es la adecuación de cada realidad —y muy en particular de cada persona— a lo que “está llamada a ser”.
Presentamos cinco consideraciones al respecto:
- La verdad como base de las relaciones familiares, seguridad y confianza. La verdad fortalece la confianza entre los miembros de la familia, creando un ambiente donde todos se sienten seguros y se expresan con libertad.
- La verdad permite transmitir los valores a los hijos. Los padres que practican la verdad enseñan a sus hijos la importancia de ser honestos en sus palabras y acciones; componen una especie de brújula moral que ayuda a los niños a desarrollar un sentido claro de lo correcto y lo incorrecto.
- La verdad ayuda a resolver conflictos. A partir de un diálogo honesto, se pueden abordar los problemas con sinceridad y esto permite resolver conflictos de manera efectiva y evitar malentendidos. La verdad, en la medida en que afecta a la realidad —a las personas y a sus actos—, evitar que se acumulen rencores y promueve el perdón.
- La verdad fortalece la dinámica familiar porque reconocer con sinceridad las emociones induce a ser honestos sobre los sentimientos y a aceptar los propios errores.
- La verdad tiene siempre un impacto positivo en la sociedad, una familia que vive en la verdad proyecta valores positivos hacia la comunidad e inspira a otros a actuar con integridad. La verdad fomenta relaciones más vigorosas y auténticas, dentro y fuera del hogar.
En resumen, la verdad no solo es un pilar para la convivencia familiar; es sobre todo una herramienta poderosísima para forjar una sociedad más justa y armoniosa.
Belleza
La belleza juega un papel esencial en la familia y la sociedad, porque hace que brillen la armonía, la verdad y la bondad. Su principal función es inspirar y atraer hacia lo positivo y lo valioso dentro del entorno familiar, explicó el Dr. Melendo, quien también concibe la belleza como inspiración cotidiana, que deja su huella en los momentos de convivencia y se traduce gestos amorosos y en el ambiente cálido del hogar.
Una regla de oro para asegurar la belleza en la familia es el respeto a la naturaleza y sus leyes, puesto que toda realidad es por esencia siempre bella.
La belleza en el contexto familiar no solo hermosea los momentos cotidianos, sino que también eleva el espíritu y promueve una sociedad más armónica.
Finalmente —afirma Melendo—, la belleza cubre con su manto, haciéndolos brillar, a lo verdadero y lo bueno: nos permite admirarlos y recrearnos en ellos y fomenta así el desarrollo integral de los miembros de la familia, de una familia bella.
Una familia que vive estos 4 valores -amor, belleza, bondad y verdad- proyecta inevitablemente su propia felicidad hacia el exterior y fortalece el tejido social, inspirando necesariamente, por contagio, a otras familias.
Al final me quedé con la sensación de que nos faltó tiempo. Pocas veces en mi práctica profesional he estado delante de un hombre tan sencillo y tan bien preparado a la vez, de un hombre con los pies en la tierra y la cabeza en las alturas. Esperamos que pronto vuelva a México.