La vicepresidenta y virtual candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, podría ser considerada testimonio vivo del rápido ascenso de la comunidad india en Estados Unidos.
Harris, hija del economista jamaiquino Donald J. Harris y la investigadora biomédica india Shyamala Gopalan, tiene la posibilidad de convertirse en la primera mujer de origen sudasiático y afroestadounidense en llegar a la Casa Blanca.
Pero no es el único testimonial. Dos exaspirantes presidenciales republicanos, la exgobernadora Nikki Haley, de Carolina del Norte, y Vivek Ramaswami, son también hijos de padres migrantes procedentes de India.
Haley fue la primera gobernadora indio-estadounidense de Carolina del Norte y la primera representante permanente de EU en Naciones Unidas en el gobierno previo de Donald Trump.
En el caso de Ramaswamy, se distinguió también como fundador de una empresa de productos bioquímicos.
Para diciembre de 2023 se contabilizaba a 21 indios como presidentes de empresas señaladas entre las 300 mayores de EU, incluso Microsoft, Google, Adobe, Novartis y Starbucks.
La minoría india ha tenido un crecimiento acelerado: en 1980 eran 206 mil, en 2000 eran un millón de personas, en 2020 casi tres millones y ahora se habla de casi cinco millones, incluyendo unos 725 mil indocumentados, según el Migration Policy Institute (MPI).
La migración tiene una serie de factores, que el MPI identificó como la creciente persecución religiosa contra no hindúes, la falta de oportunidades económicas, la disminución de restricciones de salud a los viajes y en el caso de los indocumentados, el retraso estadounidense.
El éxito de esa minoría, la segunda de migrantes en tamaño y estimada en cinco millones de personas, detrás de la mexicana, pero mayor que chinos y filipinos, puede deberse en buena medida a la educación.
En términos anecdóticos, hay concursos escolares que parecen dominados por niños y jóvenes indios, lo que no sería de sorprender si se considera que de acuerdo con un estudio reciente del Boston Consulting Group, 77% de los indio-estadounidenses tienen grados de educación superior y hay más de 23 mil catedráticos en escuelas técnicas superiores y universidades de EU.
PAL