El camino hacia la World’s Toughest Row, a Eugenia Méndez, Ana Lucía Valencia, Andrea Gutiérrez y Thalía Trillo les llevará alrededor de dos años en los que, no sólo se deberán prepararse física y mentalmente, sino también deberán tomar diversos cursos y acreditaciones que son requeridos por la misma carrera.
“Tenemos que tomar varios cursos para participar en esta carrera. Tenemos que certificarnos. Ya tomamos un curso en línea que fue como el curso introductorio a lo que es la carrera, a lo que nos vamos a enfrentar”, explica Ana Lucía Valencia sobre esta parte de su preparación. “Vamos a viajar a Inglaterra en septiembre para certificarnos en uso de radios marinos, en lectura de cartas náuticas, para primeros auxilios en el mar, o sea, sí, son una serie de requisitos y de habilidades que tenemos que desarrollar porque ninguna de nosotras es remadora de antes”, añade Ana Lucía pues cabe mencionar que, si bien, la carrera cuenta con embarcaciones de auxilio, estas no van acompañando a los equipos. “Es muy raro que te encuentres a otros equipos remando cerca de ti. Y, en caso de solicitar apoyo de cualquier tipo, puedes llamar a la embarcación de apoyo para que se acerque a ti”, añade Andrea Gutiérrez.
En lo que se refiere al entrenamiento, Eugenia Méndez explica que lo dividen “en tres partes”, “la parte física que es lo que entrenas en casa, lo que haces en el gimnasio. […] Luego está la parte mental, que puede incluir tanto meditaciones como el proceso de ser paciente, de estar platicando con gente a puerta cerrada. […] y hay una tercera parte que son las expediciones que estamos haciendo, que juntan un poco las dos partes”.
Dichas expediciones suelen durar entre cinco y 12 días, en los que van en kayak, remando entre 20 y 30 kilómetros diarios. “Pero lo más importante de las expediciones son dos cosas, por un lado, entrenamos lo físico y por el otro lado, te estás exponiendo al sol, al hambre, a la fatiga, a la incomodidad”, recalca Méndez sobre estas prácticas en las que, además de conocerse a sí mismas, sirven para que se conozcan como equipo, las cuales, son pequeños previos a la prueba final.
La parte de la alimentación es uno de los temas en los que también se preparan durante estas expediciones, pues cabe recalcar que “toda la comida que llevamos es hidrolizada, es en polvo y en ello también entra esta parte del amor, de la conservación y cuidado del océano”, señala Thalía; pero no sólo en las expediciones, este tipo de alimento también lo llevarán durante el cruce de las Islas Canarias a Antigua y Barbuda. “Nosotras estamos uniéndonos a este movimiento que se llama Big Plastic Pledge, en donde nos comprometemos a utilizar el menor número de basura de empaques de un solo uso”, explica Trillo.
Las integrantes de Oceanida (nombre que deriva de los oceanidas, que eran dioses de los mares), tras su cruce por el océano Atlántico buscarán seguir inspirando a las personas, pero principalmente a las mujeres, a que cada una cruce su propio océano.
PARA DESTACAR:
- Más personas han subido el Monte Everest que remado el Atlántico.
- 6 metros aprox., la altura de las olas en el Atlántico.
- 20% el porcentaje que llevan recaudado hasta el momento para realizar el cruce.