El arte llegó a Claudio Limón (Jalisco, 1979) desde que era niño, casi de forma imperceptible, pues su madre es diseñadora de modas y su padre es rotulista, de tal suerte que su infancia la pasó entre pinceles, pintura y telas, materiales que terminaron siendo el punto de partida de su creación.
Otra influencia, contó el artista, fue la naturaleza, elemento que rodeaba su casa en Arandas, y la de su abuelo materno, un ganadero y agricultor que lo llevaba constantemente a ver a los animales y a la flora del campo.
“Podría decirte que soy artista desde que tengo siete años, desde que de manera muy intuitiva tomé los pinceles y comencé a crear; después tomé clases con una maestra egresada de la Universidad de Guadalajara (UdeG), con quien aprendí mucho de técnica hasta que dentro de mi carrera como diseñador tomé poco a poco un estilo propio”, contó.
Aunque no se identifica con ninguna corriente artística, explicó, considera que su obra se ubica entre lo naif (que se caracteriza por la simplicidad y la espontaneidad) y el arte pop (inspirado en la estética de la vida cotidiana y los bienes de consumo de la época, tales como la publicidad, los objetos culturales y del mundo del cine), pero mexicano.
“Me gusta mezclar la cultura y la tradición y resaltarlas con mucho color”, señaló el pintor.
La obra de Limón se caracteriza por emplear elementos culturales como la Virgen de Guadalupe; así como prehispánicos como el Sol, la Luna y la serpiente; al igual que la flora, la fauna y el paisaje del país, y otros símbolos como los corazones y la forma del ojo que aluden a su forma de sentir y de percibir el mundo.
“Para mí es importante reflejar los sentimientos a través del arte, contagiar la alegría, la felicidad y la esperanza; soy una persona muy romántica que ama mucho su tierra y defiende lo que cree, por eso empodero mi trabajo con coloridos vibrantes”, dijo.
Además de la pintura, el artista visual y diseñador gráfico ha realizado proyectos con diferentes marcas de bebidas y accesorios desde el diseño de productos, hasta la creación mural y el bosquejo de un establecimiento.
Estas colaboraciones, refirió, lo han llevado a presentar su arte en el Times Square de Nueva York, donde en 2014 plasmó el rostro de Frida Kahlo en un muro ubicado entre el cruce de Broadway y la Séptima Avenida; la idea, contó, fue mezclar hiperrealismo con folclor mexicano para representar a la cultura de su país en lo que era un proyecto colectivo con artistas de todo el mundo.
Por Azaneth Cruz
EEZ