Raquel Tibol, sin duda, fue una de las críticas de arte más influyentes de su tiempo, su voz era la más autorizada y sus palabras eran implacables. A la fecha no existe una figura, desde la crítica, tan influyente como la de la argentina que llegó a México en 1953.
El peso de sus palabras era tan grande como el de sus manos al momento de abofetear a uno de los artistas más relevantes de mitad del Siglo XX.
Antonio Espinoza, crítico de arte, recupera la historia que, en el medio artístico, es bastante conocida: “El 19 de abril de 1972, tras el I Congreso Nacional de Artistas Plásticos, realizado en la Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social, Raquel Tibol asestó una severa bofetada a David Alfaro Siqueiros, en respuesta a las declaraciones xenofóbicas que el muralista hiciera en su contra en una de las sesiones del evento.
‘Vengo a invitarte al cóctel de despedida que haré el día que me echen de tu país’, le dijo antes de soltarle ‘la más fuerte cachetada que haya dado yo en mi vida’. Tibol declaró después a la prensa que Siqueiros era un chovinista, epíteto zaheriente. Más que una bronca ideológica entre camaradas, este fue el episodio culminante de la tensa relación que durante años mantuvieron la crítica de arte y el pintor”.
Pero ¿quién fue Tibol? Fue escritora, crítica de arte, periodista, curadora, promotora cultural, autora de más de 40 libros. Inició su carrera periodística como crítica y cronista del quehacer plástico; en ese tiempo realizó una entrevista al cineasta español Luis Buñuel para el suplemento México en la Cultura del diario Novedades. Fue conductora en el Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional, en los programas La Plática y La Crítica y Aproximaciones.
Si hubo alguien que supo mirar las obras de arte con respeto y con una visión crítica e independiente fue Raquel Tibol. Llegó a México en 1953, a los 30 años de edad, como asistente del muralista Diego Rivera.
Aquel suceso marcaría el inicio de una profunda relación con algunos de los intelectuales más relevantes del país en ese entonces, lo que la llevó a ser una de las más rigurosas estudiosas de la vida y obra de Frida Kahlo.
“Le voy a decir cuáles son mis aportaciones. Nadie había hecho un libro sobre Frida, el primero que escribí sobre ella es Frida Kahlo: crónica, testimonios y aproximaciones (1977); luego, nadie había hecho una antología de textos de Rivera, la única que entonces existía acerca de un artista mexicano era la de Justino Fernández sobre José Clemente Orozco; luego, nadie había hecho una antología de José Chávez Morado”, comentó Raquel Tibol en una entrevista en diciembre de 2013.
Considerada como parte fundamental de la memoria del arte mexicano del Siglo XX y del XXI, fue la autora de más de 40 publicaciones, todos sobre la historia del arte moderno, entre los que destacan: Frida Kahlo: crónica, testimonios y aproximaciones; Diego Rivera: arte y política; Veinte años del Taller de Gráfica Popular; Siqueiros, introductor de realidades; Arturo Estrada y sus caminos en el arte mexicano; Fernando González Gortázar: arte, espacio, urbe, comunidad.
Una de las características de su personalidad, fue su profundo arraigo hacia la política de izquierda, por ello, no fueron pocas las veces que cuestionó el quehacer de Siqueiros cuando él comenzó a hacer obras por encargo.
En plena tensión entre ellos, se dio este encontronazo que incluso fue comentado por las figuras de la cultura nacional como Vicente Leñero, quien dijo que había sido sorprendente, mientras que Héctor García, el fotógrafo, captó parte de la discusión que sostuvieron y parecía que fue el momento exacto de la bofetada.
La relación artística entre ellos se supo, nunca volvió a ser la misma.
EEZ