CÚPULA

Una noche para los versos

El poeta rumano español Miguel Gane ofreció dos recitales en México; compartió su trabajo y habló sobre su vida

Una noche para los versos
Se presentó hace unos días en la colonia Nápoles y en Coyoacán. Foto: Leslie Pérez

Escribir, dice el poeta rumano español Miguel Gane, es su manera de explicarse el mundo, pero también su vía para conocerse. Asegura, además, que sus letras son sobre lo que nos pasa, sobre lo que sentimos, sobre lo que soñamos: el amor, la despedida, la piel y que siempre está buscando la belleza, es decir, la palabra que dé lugar al poema o a la novela. 

Su búsqueda la comparte por primera vez con sus lectores mexicanos. La cita es en el piso 10 de un edificio en la colonia Nápoles. El calor primaveral abraza la noche y hay una audiencia ávida de escucharlo, de verlo, de conversar con él sobre lo que sienten, lo que sueñan: el amor, la despedida, la piel... 

Gane está por cumplir 30 años y quiere que su poesía y su narrativa dejen huella entre quienes lo siguen en las librerías, en las redes sociales o en las calles de Madrid, ciudad a la que llegó siendo un chaval. Por ello, ha emprendido una gira por diversas ciudades del mundo y México, cuenta, lo ha tratado bien. Y es verdad, decenas lo celebran con aplausos y apuntan sus teléfonos al escenario para transmitir en vivo el recital que ofrece a lado de la guitarrista Nur Bonet. 

Ilustración Gustavo A. Ortiz 

Es un gran conversador, entre verso y verso, habla sobre sus viejos amores, sus recuerdos infantiles, sobre la migración y comparte también su sentido del humor. Por más de dos horas todo es acerca de la poesía, de los instantes, de la condición humana y de la capacidad para reírse de uno mismo. 

Por momentos, en el ambiente se escuchan las copas, el barullo del bar, los tenedores golpeando sobre los platos. Y, de pronto, de nuevo el silencio, sólo la voz de Gane y las cuerdas de Bonet. Nace y muere cada tanto, el acuerdo del habla y de la escucha, el espacio para que en el aire vuelen las palabras sobre el resto de nuestras vidas. Gane, como otros poetas de su generación, es un gran seductor. Su público acude al llamado y, sin duda, está dejando huella. El tiempo dirá si es una huella permanente.

LSN

 

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