Preservar, dignificar y actualizar las expresiones artísticas y musicales que se adquieren por herencia o por tradición es para Guillermo Velázquez Benavides un acto de responsabilidad, y “es un compromiso, primero, consigo mismo, y, después, con sus raíces, su comunidad y con los músicos tradicionales”.
Nacido en la Ciudad de México, el músico de Huapango Arribeño (género musical que tiene su origen en el municipio de Xichú, Guanajuato, que se compone por canto, poesía y trova) explicó que lo más importante para él es mantener vigente este son mexicano, “una herencia viva” que le permite cuestionar la realidad contemporánea.
“Mi primer contacto con el huapango arribeño fue cuando tenía entre 6 y 7 años, en una boda; se me reveló la grandeza de este género, pero fue hasta 1978, después de una serie de circunstancias, cuando me dedique a él gracias a la invitación de grandes músicos de la Sierra Gorda de Xichú”, contó.
Así, comenzó a alimentarse de los referentes de la música tradicional mexicana y el bolero de esa época. “Cuando inicié mi carrera y comencé a ser parte de las topadas (una contienda entre poetas huapangueros), me enfrenté a grandes referentes del huapango. Sin embargo, su poesía hablaba de acontecimientos antiguos que me pusieron a estudiar, pero no sólo para responderles, sino para cuestionar las nuevas formas de vivir, pensar y cantar”, dijo.
Esta situación, junto con su agrupación Los Leones de la Sierra Xichú, lo llevó a escribir sobre temas como la migración, la devaluación de la moneda, la mercantilización del arte, la tecnología, los nuevos géneros musicales como los corridos tumbados y el reguetón, entre otros. “Un día un gran amigo me dijo que la tradición es recibir lo entregado y entregar lo recibido, pero también es necesario dignificar, y eso significa revitalizar y hacer de lo obsoleto una voz viva, que investiga, que analiza, que critica, que celebra”.
Por este trabajo “que actualiza y reivindica la importancia del huapango arribeño”, Velázquez Benavides fue reconocido con el Premio Nacional de Artes y Literatura en el campo de las Artes y Tradiciones Populares, el cual, “exaltó su labor en la recuperación, vinculación regional y transnacional que su trabajo ha dado a un género lírico musical complejo, resignificando su sentido identitario y proyectándolo a las nuevas generaciones”.
“El premio que recibo no es un asunto de méritos personales, al recibirlo lo hago a nombre de la poesía coral de todos los tiempos, en nombre de los viejos músicos y poetas de quienes yo recibí el legado del huapango arribeño, esos poetas y músicos que nunca pensaron en premios, ni en escenarios, ni los pretendieron nunca mereciéndose quizás más que yo, es así como lo recibo”, finalizó.
ELEMENTOS
- Su música ha llegado a diversos países del continente Africano y Europeo.
- Más de 100 canciones ha compuesto.
- 35 discos ha grabado con su agrupación.
- 45 años lleva en el género del huapango arribeño
Por Azaneth Cruz
EEZ