Su textura esponjosa y suave, que pueden incluir luces y hasta aroma, hacen una decoración única para el árbol de navidad de este 2023, pues se trata de “peluchesferas” creadas desde un pequeño taller en la meca del peluche, Xonacatlán.
Detrás de la innovación está la emprendedora Sheila Corona y su familia que encabeza Peluches Daly Toys, quienes fueron un paso adelante de otras grandes maquilas de la región para que su producto tuviera un lugar especial en las fiestas decembrinas, más allá de un obsequio.
“Y conforme van pasando las temporadas vamos innovando conforme lo que se va ocupando, nos contactan de diversos lugares para hacer muñecos personalizados, pantuflas, muñecos de peluches y ahorita las esferas”, indicó.
A cada esfera de peluche se le invierten entre 10 a 15 minutos de elaboración, desde un cuarto de dos metros por tres, y apenas en la labor se involucran ocho manos.
Sheila Corona no esperaba el éxito de las “peluchesferas”, que la ha llevado a perfeccionar cada uno de sus detalles al iniciar con la animación a plumón y hasta llegar al vinil textil, que les da brillo y más vida.
La joven está detrás de la creación de cada patrón de la “pelucheesfera”, quien buscó dejar atrás la tradicional esfera de vidrio o plástico, y de lado la forma redonda, para dar vida a ocho figuras: renos, campanas, regalos, muñecos de nieve, galleta de jengibre y estrellas, la ventaja es que son duraderas, no peligrosas para niños o mascotas, y se reutilizan.
“No quisimos hacer la esfera tradicional muy redonda y muy sencillo, y fue por eso que quisimos hacer esto con diferentes figuras para que se vean bonitas y llamativas, no sólo la figura sino que le pusimos ojos, boquita, moños. A diferencia de los que hicimos anteriormente ahora ya con la producción, pues hemos ocupado diversos materiales”, manifestó.
Cada pieza tiene un valor de 20 pesos y tienen un costo adicional de cinco pesos si se le agregan luces y hasta aroma, y esto es lo que ya atrajo la atención de otros estados como Baja California y Jalisco.
“También nos pidieron con aroma y con luz de sensor. La de aroma son unas perlas de fresas con crema”, expresó.
Laura Castelar admite que sin ella no serían posible estas piezas navideñas, pues es la costurera y quien rellena cada una de las peluchesferas. En cualquier actividad que haga lo da todo para que salga la producción bien, porque es el ingreso de su familia.
“Se siente bien, porque la verdad somos un taller pequeño y para que tengamos así reconocimiento en las redes y todo se siente bien y aprecian nuestro trabajo, y desgraciadamente son los grandes talleres los que se llevan ese reconocimiento”, indicó.
Por Gerardo García
EEZ
