El proceso para que la tasa de inflación general en México converja a su meta de 3.0 (+/- 1) por ciento, será largo y lento, por lo que se prevé se alcance hasta el primer trimestre de 2024, dijo Gerardo Esquivel Hernández, subgobernador del Banco de México.
De manera importante, agregó, también se ajustó al alza la inflación general el cierre de fin de año a 5.5 por ciento, “que no fue un ajuste menor, que quiere decir que lo que estamos anticipando es un descenso, pero un descenso un poco más lento del que creíamos”.
De ahí que “será un proceso largo, lento, más lento de lo que hubiésemos deseado, pero creemos que con las decisiones de política monetaria que hemos tomado en las últimas ocasiones, más un poco las condiciones internacionales que suponemos que imperarán en los próximos meses, permitirá que la tasa de inflación empiece a bajar”, precisó.
La Junta de Gobierno del Banco de México en su última decisión de Política Monetaria aumentó en 50 puntos base su tasa de interés referencial, llevándola a 6.50 por ciento.
Eso incluye, subrayó, la expectativa, que es algo que también los mercados ya están anticipando, de que Estados Unidos, con la normalización de tasas, disminuirá también la presión fiscal y monetaria que estaba generando parte de la demanda mundial que presiona a los precios.
Durante su participación en el podcast Norte Económico del equipo de Análisis Económico y Financiero de Banorte, comentó que con la previsión de que la parte fiscal ya no tendrá estos choques de demanda en Estados Unidos y que la parte monetaria será menos laxa a la política estadounidense, todo eso contribuirá a que a nivel global las presiones inflacionarias empiecen a bajar y en ese sentido que también empiecen a operar internamente.
Ello, añadió, “más allá de los efectos que también creemos que van a empezar a operar del aumento en la tasa de interés doméstica, sobre los propios factores de la inflación local, así es que esa combinación de elementos es la que nos hace pensar que lograremos regresar a nuestra meta hacia el primer trimestre del 2024”.
Gerardo Esquivel consideró importante separar un poco el efecto que tendrá el conflicto bélico y que dependerá mucho de cuánto tiempo dura y cómo se resuelve, ya que es algo que no se puede saber en este momento.
Pero, advirtió, “dependiendo de eso es que será ese choque adicional a lo que ya teníamos y que tendrá implicaciones importantes en algunos cuantos productos, particularmente materias primas y productos agropecuarios”.
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Entorno global
Gerardo Esquivel reconoció que actualmente se tiene un escenario particularmente complejo, una situación difícil en distintas dimensiones, ya que aún no se sale de la pandemia.
Una inflación en México y a nivel global que sigue afectada por el choque inicial inflacionario asociado a los cambios en los patrones de consumo y a la ruptura de las cadenas de suministro, agregó.
Además de un entorno en el cual los Bancos Centrales, en países tanto emergentes como avanzados, han empezado a apretar las condiciones financieras reduciendo el ritmo de relajación, en algunos casos al cumplir con su objetivo fundamental de recuperación de la economía, como es el caso de Estados Unidos, y en otros casos presionados por la inflación global actual.
A lo que se suma el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que tendrá distintas implicaciones para diferentes regiones en el mundo, refirió el subgobernador.
Así que “es un choque que por su naturaleza es estanflacionario, particularmente para Europa, es decir, en Europa va a tener un impacto la actividad económica importante, negativo, y un impacto, a su vez, en los precios para esa región”, consideró.
Para el resto del mundo, señaló, la parte inflacionaria de este choque es lo más importante porque tanto Ucrania como Rusia son participantes importantes en distintos mercados, lo que implica que el precio de algunos productos, incluyendo energéticos, algunas materias primas y productos agropecuarios han estado subiendo de valor asociado a este conflicto bélico en esa parte del mundo.
Todo ello, refirió, también complica las cosas en el frente de actividad económica y en una salida incompleta de la pandemia en términos de salud, “así es que es un entorno internacional sumamente complicado para todos, específicamente para los Bancos Centrales y eso incluye, por supuesto, al Banco de México”.
Estados Unidos
Respecto al actuar de la Reserva Federal de Estados Unidos, dijo que claramente empezó más tarde el proceso de normalización de tasas y ahora tiene el reto de cómo lograrlo, a la par de tratar de reducir la inflación y evitar un ajuste demasiado drástico que pueda traducirse en una recesión.
“Lo que va a buscar la Fed es una combinación muy difícil de alcanzar (…), lo que ellos seguramente estarán buscando, que es un soft-landing o un proceso, digamos, en el cual logren esta combinación”, consideró.
De ahí que no descartó que la Fed realice los aumentos más importantes en la tasa de interés de hasta de 50 puntos base y llevar su tasa de interés referencial a una zona ligeramente más allá de la neutral posiblemente hacia 2023.
Y en ese sentido, apuntó, todos los Bancos Centrales tendrán que estar atentos a lo que haga la Fed, también viendo las condiciones domésticas y tratar de lograr, a su vez, un propio equilibrio que garantice la estabilidad financiera y los objetivos que el Banco Central tenga.
Gerardo Esquivel dijo que en el caso del Banco de México tiene el objetivo prioritario de la estabilidad de precios, tomando en consideración cómo ajustarse conforme también se vaya ajustando a su vez y normalizando la tasa de interés en Estados Unidos.
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