Sin nuevos impuestos ni aumentos de los ya existentes, es posible que la Reforma Tributaria que trabaja la 4T sólo sea una miscelánea fiscal, de acuerdo con analistas.
Si bien hay espacio para mejorar la recaudación aún sin incrementar las tasas impositivas, el margen es acotado, por lo que difícilmente se va a ver una reforma de gran calado.
Gabriel Casillas, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), comentó que por el proceso político y la instrucción del Presidente de no aumentar ni crear nuevos tributos, no se prevé una reforma de gran magnitud.
En su opinión, los cambios en el marco tributario van a girar en cuatro rubros: ampliar el rango de personas físicas que pagan una tasa de ISR de 35 por ciento, el nivel más alto; limitar las deducciones de las personas morales en ISR; reducir la lista de bienes como periódicos y revistas que tienen IVA tasa cero o exento, aunque difícilmente ocurriría esto en alimentos y medicinas; y eficiencia recaudatoria.
Juvenal Lobato, profesor de Derecho fiscal en la UNAM, coincidió que se prevé un alcance menor, pero no desdeñable para el país.
Al cierre de 2020, México recaudó el equivalente a 14.5 por ciento del PIB, y el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, comentó que es probable que al cierre del sexenio se llegue a 16 por ciento, lo que puede implicar recursos adicionales por cerca de 500 mil millones de pesos.
Eduardo Suárez, vicepresidente de Estudios Económicos de Scotiabank, dijo que se necesita una Reforma Fiscal de 40 mil millones de dólares.
POR FERNANDO FRANCO
dza
