El FC Barcelona fue acusado, formalmente, por la fiscalía local por el delito de corrupción, tras los pagos al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, para favorecer al club con designaciones de silbantes por cerca de siete años.
El documento señala que la institución culé “alcanzó y mantuvo un acuerdo verbal estrictamente confidencial” con el directivo, para que “realizara actuaciones tendentes a favorecer al Barça en la toma de decisiones de los árbitros” y su influencia en los resultados de los partidos.
La querella indica que la entidad blaugrana hizo pagos, a través de cheques al portador, a dos empresas que pertenecen a Enríquez Negreira. Según la prensa española, las aportaciones ascienden a más de siete millones de dólares.
Las irregularidades tributarias arrojaron esta investigación. Según el exvicepresidente de la CTA, de 2014 a 2018 recibió cerca de dos millones de dólares, debido a un asesoramiento técnico. El Barcelona dijo que no se encontraron las facturas de los pagos, solicitadas por la Agencia Tributaria.
Los pagos se dieron también bajo las presidencias de Joan Gaspart (2000-2003) y Joan Laporta (2003-2010), pero ambos no aparecen en la lista de presuntos culpables. Los movimientos dejaron de efectuarse dos meses después de que Enríquez Negreira dejó su cargo.
“Un juzgado debe decidir si se presentan cargos contra los responsables, entre los que figuran, además de la exautoridad arbitral, los antiguos presidentes del Barça, Sandro Rosell, Josep Maria Bartomeu, así como los exejecutivos del club, Óscar Grau y Albert Soler.
MAAZ