Gerardo Murillo era un hombre que amaba México, la pasión del Dr. Atl por lo nacional lo llevó a recorrer la república mexicana retratando los paisajes más coloridos del país, pero no sólo eso sino además captó las vivencias de la gente de comunidades rurales que vivían lejos de la Ciudad de México. La vida en los pueblos más recónditos fue plasmada en sus narraciones y cuentos bárbaros.
Bárbaros porque contienen historias atroces que pasaron en el México postrevolucionario donde las carencias eran muchas y la gente de comunidades rurales vivía como podía, alimentándose y vistiendo lo que había por lo que era complicado pensar en que los jornaleros dejaran a sus hijos con cuidadoras o niñeras, eso sólo era para personas de clase alta que tenían en sus posibilidades esos lujos.
El atroz cuento de un niño devorado por un marrano
Entre sus cuentos bárbaros se encuentra la terrible historia del niño que fue devorado por un cerdo en medio de unos matorrales. La historia que mezcla cierta realidad y algunos toques de ficción conmueve por lo descriptiva y nos hace trasladar la mente a esa escena donde un inocente es masacrado por un animal hambriento. Sus líneas conjugan las expresiones clásicas de la gente de provincia con una maestría del lenguaje digna de uno de los hombres más cultos como lo fue Gerardo Murillo.
"Pero los quejidos habían cesado y no sabiendo por dónde encontrar la causa de mi preocupación, volví a la choza cuando miré entre unos matorrales, un cerdo inmundo que devoraba a un niñito: "al niño ki andaba por aí". Me arrojé sobre el animal y a patadas lo aparté del cuerpo..."
Ese fragmento se puede leer en el libro publicado por el extinto Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en el año de 1990, que contiene 233 páginas de historias de todos los colores como lo indica su nombre, pues van de temáticas amenas como festividades hasta tragedias como esta donde un pequeño que apenas gatea es atacado por un cerdo hambriento que recurre a su instinto y se alimenta con la carne de un niño que no pudo defenderse.
"El cerdo, parado a corta distancia, gruñendo, me miraba hostil bestia, esperando volver sobre su víctima. A pedradas aparté al animal. Me quité la camisa, extendí sobre ella los restos de aquel inocente y envolviéndolo cuidadosamente, volví a la choza..."
Desafortunadamente este libro de no está disponible en librerías, se pueden leer algunos de las historias escritas por el Dr. Atl haciendo búsquedas específicas en Internet, pero sin duda es una lectura que vale la pena realizar en alguna librería pues muestra otra de las habilidades de este artista que impulsó el movimiento muralista que concretó a México en el mundo destacando el trabajo de creadores como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
SIGUE LEYENDO:
Monet: ¿en qué museos de la CDMX exponen sus pinturas?
Steve McCurry: ¿hasta cuándo ver la exposición en el Museo Franz Mayer?