La prolífica escritora rusa Lou Andreas-Salomé no solo hizo historia por sus ensayos y novelas, sino también por haber robado la atención y el corazón de diversos hombres que conoció a lo largo de su vida, entre ellos, el de los filósofos alemanes Friedrich Nietzsche y Paul Rée.
Resulta curioso que la autora de "Mirada retrospectiva" haya destacado más por la manera en que manejó sus relaciones con personajes tan importantes como estos dos filósofos y otros intelectuales, que por sus obras.
Entre Lou, Nietzsche y Paul formaron una especie de comunidad llamada la "trinidad intelectual", con el fin de reflexionar y discutir sobre arte, religión y filosofía; sin embargo, de acuerdo con algunas investigaciones, lo que en realidad se dio fueron celos entre los dos pensadores alemanes por el amor de Salomé.
La personalidad de la psicoanalista rusa siempre fue desconcertante para el autor de Humano, demasiado humano, y esto se refleja en algunas frases que le dedicó: “por la gran fuerza de su voluntad y su inteligencia absolutamente original, estaba predestinada para algo grande; por su moralidad, la cárcel o el asilo podrían ser más adecuados", y "es la persona más inteligente que he conocido".
Cabe señalar que fue gracias a Paul Rée que Nietzsche se interesó en ella, no solo por señalarle que veía en Lou una gran inteligencia, sino también al compartirle la propuesta que le había hecho la propia Salomé de vivir juntos para dedicarse al trabajo intelectual. Aunado a esto, Malwida von Meysenbug, otra escritora alemana y amiga de Nietzsche, ya le había hablado de la joven; la había descrito como la persona idónea para trabajar con él, motivarlo en el desarrollo de sus ideas filosóficas e incluso ser una especie de discípula.
Fue así que al conocerla en abril de 1882, él expresó: "¿Desde qué estrella hemos caído para venir a encontrarnos aquí?". Luego de un tiempo, le pidió a Rée que lo ayudara para poder casarse con ella; sin embargo, él le aclaró que Salomé se mantenía escéptica respecto al matrimonio.
Por su parte, Lou también compartió lo que sintió al verlo por primera vez en uno de sus textos: "Recuerdo que cuando hablé con Nietzsche por primera vez –fue un día de primavera, en la Basílica de San Pedro, en Roma–, durante los primeros minutos me chocó y me confundió esa rebuscada formalidad. Pero poco duraba el engaño en ese solitario que portaba su máscara con tanta torpeza, semejante a quien llega del desierto y la montaña y se viste con el traje del hombre de mundo”.
Pese a la advertencia de Paul, Nietzsche le propuso matrimonio a Lou, quien era 17 años menor que él, pero pronto vendría una fuerte desilusión para el filósofo alemán al recibir un no por respuesta, ya que ella siempre mostró un gran rechazo ante ese tema y el rol de la mujer en la sociedad..
El rechazo de Salomé al autor de Así habló Zaratustra, provocó en él una especie de amor-odio hacia ella, que dejó ver en una de las cartas que le escribió:
Lou:
Que yo sufra mucho carece de importancia comparado con el problema de que no seas capaz, mi querida Lou, de reencontrarte a ti misma. Nunca he conocido a una persona más pobre Zque tú. Ignorante, pero con mucho ingenio. Capaz de aprovechar al máximo lo que conoce. Sin gusto pero ingenua respecto de esta carencia.
Sincera y justa en minucias, por tozuda en general, en una escala mayor, en la actitud total hacia la vida: Insincera. Sin la menor sensibilidad para dar o recibir. Carente de espíritu e incapaz de amar. En afectos, siempre enferma y al borde de la locura. Sin agradecimiento, sin vergüenza hacia sus benefactores…
En particular: Nada fiable. De mal comportamiento. Grosera en cuestiones de honor… Un cerebro con incipientes indicios de alma.
El carácter de un gato: el depredador disfrazado de animal doméstico. Nobleza como reminiscencia del trato con personas más nobles. Fuerte voluntad pero no un gran objeto. Sin diligencia ni pureza.
Sensualidad cruelmente desplazada. Egoísmo infantil como resultado de atrofia y retraso sexual. Sin amor por las personas pero enamorada de Dios. Con necesidad de expansión. Astuta, llena de autodominio ante la sexualidad masculina.
Tuyo.