Virginidad es una palabra que lo mismo aterra, que causa incomodidad a la hora del "Sin respeto" y coloquialmente está directamente relacionada con la experiencia sexual, pero no es gratuito, sino que desde tiempos inmemoriales arrastra una poderosa carga simbólica, que la hace un concepto con suficiente peso como para paralizar a una persona.
Sin embargo, aquí hablaremos de la palabra como tal, no precisamente del concepto, que ya todos conocemos, gracias al bombardeo interminable de información que vivimos día con día.
De acuerdo con el Oxford English Dictionary (OED1, páginas 230-232) la palabra virgen proviene del francés antiguo virgine, de la raíz lingüística del latín virgo, genitive virginis, que significa literalmente "doncella" o "virgen" una joven sexualmente intacta o "mujer sexualmente inexperta". Al igual que en el latín, la palabra inglesa también se utiliza a menudo con una referencia más amplia, al relajar los criterios de edad, género o sexualidad. La palabra latina surgió probablemente por analogía con un traje de lexemas basados en vireo, que significa "ser verde, fresco o floreciente" (Comúnmente asociado con la fertilidad), sobre todo con referencia botánica, en particular, virga que significa "tira de madera".
En este caso, las mujeres más maduras pueden ser vírgenes (la Reina Virgen), los hombres pueden ser vírgenes, y los posibles iniciados en muchos campos pueden denominarse coloquialmente vírgenes; por ejemplo, una "virgen" de paracaidismo. En este último uso, virgen significa no iniciado.
Un pasado muy cristiano
En muchos otros contextos posteriores, la referencia es específicamente cristiana, aludiendo a los miembros del Ordo Virginum (Orden de las Vírgenes), que se aplica a las vírgenes consagradas que se sabe que han existido desde la iglesia primitiva a partir de los escritos de los Padres de la Iglesia.
Hacia 1300, la palabra se amplió para aplicarse también a María, la madre de Jesús, y por lo tanto a la virginidad sexual explícitamente.
La expansión de la palabra para incluir a las jóvenes virtuosas (o ingenuas), sin tener en cuenta la conexión religiosa, ocurrió durante aproximadamente otro siglo, hasta que alrededor de 1400 encontramos:
"Vaciar y desocupar los vicios como si fueran vírgenes."
La OMS recomienda no usar esta palabra
En cuestiones sexuales, la virginidad no es un concepto médico, científico, ni demostrable, es una construcción social para el control sexual de las niñas y mujeres. De hecho, la Organización Mundial de la Salud califica la virginidad como una forma dañina de discriminación de género y Naciones Unidas considera que las pruebas de virginidad son una violación de los derechos humanos de las niñas y mujeres, sin base científica, que conllevan graves consecuencias físicas y mentales a aquellas que los padecen.