Ubicado a dos horas de Múnich, Alemania, el castillo de Neuschwanstein, fue obra y capricho del rey Luis II de Baviera, quien para el año de 1869 era llamado loco por ser homosexual y que al acceder al trono tenía deseos de contar con una construcción del castillo medieval idealizado, justo como en algún cuento de Fantasía.
El castillo de Neuschwanstein se construyó en una época en que los castillos y las fortalezas ya no eran necesarios desde el punto de vista estratégico. Es una composición de torres y muros que pretendía armonizarse con las montañas y los lagos.
Richard Wagner inspiró la edificación
Situado sobre el desfiladero de Pöllat en los Alpes Bávaros y se alza sobre el castillo de Hohenschwangau y los lagos Alpsee y Schwan, Neuschwanstein ha sido testigo de diferentes momentos de la historia de la humanidad, como de la amistad entre Luis II de Baviera y Richard Wagner, su apadrinado y quien con sus obras inspiró a De Baviera para la edificación.
Desafortunadamente, el rey Luis II De Baviera no pudo disfrutar de la construcción terminada, pues murió misteriosamente ahogado en el lago de Starnberg, antes de que se concluyera la construcción. A pesar de haber sido un excelente nadador, su cuerpo fue encontrado al lado del de su psiquiatra. Algunos dicen que le mandaron matar.
Tras la muerte de Baviera fue un escondite durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis ocultaron en su interior obras de arte robadas en Francia y oro que habían confiscado a los judíos. Tenían la orden de demolerlo, en caso de perder la guerra, orden que por fortuna no se respetó.
¿Disney, conmovido con la historia o impresionado con la construcción?
Neuschwanstein ha tenido numerosas apariciones en películas y series de televisión. Ejemplo de ellas, son: Chitty Chitty Bang Bang y Spaceballs, además de en dos temporadas de la serie televisiva The Amazing Race, pero quizá su aparición donde podría haber quedado inmortalizado, es en caricatura, cuando Walt Disney lo eligió como inspiración para el castillo de la Bella Durmiente y que hoy día vemos cada que inicia una película de esta poderosa compañía, o bien cuando las personas van a Disneyland.
Pero no sólo al castillo de la Bella Durmiente se parece, también el de la Bella y la Bestia, guarda gran similitud al interior, pues si se presta atención, notaremos que en el salón de recepción principal del monumento arquitectónico, hay detalles como el candelabro gigante y dorado, más la decoraciones con serafines en fondo azul y las grandes escaleras, que podemos apreciar cuando Bella y Bestia bailan su vals más clásico: Fábula Ancestral (Beauty & the beast).
Por si no fuera suficiente, en los alrededores del Castillo existe el Puente de María, donde se pueden tomar las épicas fotografías que circulan tanto en Internet, pues por reglas del lugar, no se permite volar drones.
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