Cuando escuchamos hablar de uñas “acrílicas” sabemos a qué se refieren, prácticamente lo difícil es saber cuál es la tendencia del momento, los diseños o los tipos de formas que existen. Pero seguramente nunca nos hemos puesto a pensar que al ser algo externo a tu cuerpo puede representar riesgos. Es cierto que hacen que nuestras manos luzcan más bellas y estilizadas, que son perfectas para una ocasión especial. Sin embargo debemos informarnos bien antes de decidirse por ellas y/o continuar usándolas con tanta frecuencia.
Las mujeres prefieren las uñas acrílicas que las naturales y eso se debe a que éstas arreglan sus imperfecciones y dan una apariencia “perfecta”. Aparte que las uñas naturales se rompen por sí solas o tienen formas irregulares, los diferentes diseños que existen nos brindan esa sensación de satisfacción y belleza con nosotras mismas.
Riesgos desde la aplicación
Podríamos pensar que es algo inofensivo, pero desde su colocación pueden ocasionar diferentes problemas, iniciando desde la preparación de la uña natural para colocar la postiza o la extensión acrílica, en la mayoría de los “nails room’s” se realiza un manicure en seco, retirando la cutícula y desgastando la uña para así lograr que el acrílico dure más tiempo adherido a la uña. Este proceso representa el primer riesgo, ya que si por accidente la técnica en corta demás la cutícula puede causar una infección, además de que es algo doloroso y molesto.
Lo siguiente es el uso de componente químicos que contienen las recinas, acrílico y el monómero, estos pueden causar reacciones alérgicas, inflamaciones y fuertes infecciones, se han dado casos de desprendimiento total de la uña natural (donde la una natural no vuelve a crecer). Hace poco una actriz mexicana documentó como fue que casi pierde un dedo por una mala aplicación de uñas, las infecciones pueden darse a una mala aplicación, si queda un poco de espacio entre la uña acrílica y la una natural es posible que se acumulen las bacterias y provoquen este tipo de daños, esto es algo que sí pasa y que se debe considerar. La inhalación de gases (monómero), es otro riesgo y esto pudiera ocurrir cuando el lugar en donde se está llevando a cabo la aplicación no está bien ventilado.
Acudir siempre con un profesional
Es imperante acudir con una profesional certificada, que además cuente con cursos de actualización ya que las técnicas de hoy en día son muy avanzadas y cada vez, los profesionales en esto se preocupan porque en cada técnica se eviten riesgos para la clienta. Al elegir correctamente al especialista en uñas se debe tener en cuenta que el lugar esté limpio y ordenado, que cuente con los permisos necesarios de la secretaria de salubridad, ya que esto dará la confianza que se trabaja con higiene y limpieza, antes de comenzar deben corroborar que todo su material esta previamente desinfectado y de ser posible esterilizado.
Cuidados después de la aplicación.
No solo se corre el riesgo al momento de la aplicación, se debe tener cuidado al tener las uñas “terminadas”, como el acrílico es totalmente rígido se puede padecer “onícolisis” (las uñas pueden desprenderse del lecho ungueal), esto puede ser causado por golpes, por muy leves que sean pueden llegar a ser muy dolorosos. Se debe también, estar pendientes de reacciones alérgicas, ya que, los ingredientes tóxicos y de látex que contienen los polímeros del acrílico son fuertes y es un riesgo latente.
Si eres fan de las uñas acrilicas también debes saber que tu uña natural debe descansar cada cierto tiempo para que dejes a tu cuerpo reaccionar de manera natural para que genere y regenere lo que sea necesario, para que tus unas estén bien oxigenadas y no se debiliten, ni se adelgacen demasiado. Esto es recomendable hacerlo como mínimo cada 6 meses y/o cuando tu aplicadora te lo recomiende, te reitero que acudiendo con un profesional sabrá cuando tus uñas merecen un descanso.
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