El ulular de las sirenas de patrullas sonaban al unísono para despedir al jefe de la policía estatal y a los cuatro policías que fallecieron ayer en el desplome del helicóptero Águila I.
Familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, autoridades estatales, municipales y federales, así como demás personas se dieron cita en la Catedral para para escuchar la misa de cuerpo presente y darle el último adiós a los uniformados de la policía estatal.
Al término de la misa, se rindió un homenaje en Palacio de Gobierno, donde se dio el último pase de lista y la gobernadora, Tere Jiménez entregó la bandera de México a cada uno de los familiares de los fallecidos.
Sobre los hechos en los que perdieron la vida, estos ocurrieron ayer por la mañana cuando el helicóptero en el que viajaban desplomó en un lote baldío ubicado sobre prolongación Ignacio Zaragoza, a la altura del fraccionamiento Porta Real, en el municipio de Jesús María.
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