La sexóloga Claudia Velasco, durante una entrevista en El Heraldo de México Aguascalientes, compartió su opinión sobre la atracción que tienen algunas personas respecto del sexo rudo. La especialista precisó la importancia de diferenciar la violencia y alguna práctica o manifestación de manera ruda durante un encuentro sexual, pero esto último no se denomina violencia como tal.
La violencia se presenta cuando un individuo tiene más poder que el otro y abusa del mismo para someter a la otra persona sin su consentimiento, mientras que en el acto sexual lo ideal es el disfrute, por lo que tiene que ser un acto consensuado por los participantes. Al ser un acto consensuado, tiene que ser platicado de forma previa, para que la experiencia sea placentera. La especialista señala que incluso existen palabras de seguridad o un semáforo para ir midiendo la intensidad durante estas prácticas.
La recomendación que hizo Claudia Velasco es poder hablarlo de forma previa al encuentro sexual, es por ello que lo primero que se tiene que preguntar es si se desea un encuentro como éste y poner la conversación sobre la mesa, planteando algún juego de dominación como el juego de roles o integrar ciertos objetos.
La sexóloga aconseja investigar al respecto si se tiene cierta curiosidad sobre estas prácticas para saber qué se puede hacer y hasta donde, ello contribuirá para que el encuentro sea placentero y ninguno resulte dañado. Existen diferentes tipos para estas prácticas, como son:
- Bondange: El cual se refiere a la gente que le gusta usar accesorios para disfrutar durante el sexo como correas, medias , arneses, tacones o algún objeto que de placer al usarlo o verlo puesto.
- La dominación: es cuando una persona se siente excitada cuando le dice a otra que debe de hacer. Lo cual se pudiera representar como juego de roles
- El sadismo: es cuando la persona se excita ejerciendo dolor.
- El masoquismo: es cuando la persona se excita recibiendo el dolor.
Algunas personas pueden disfrutar de una o más situaciones.
La excitación también pudiera partir del poder que se ejerce a través de estas prácticas, o el tabú que existe incluso al hablarlas y el morbo o la curiosidad que genera.
La sexóloga recomienda llegar a acuerdos cuando solo a una persona le agrada este tipo de prácticas, hablando de ello y platicando los límites hasta donde sí y hasta donde no se puede llegar. La decisión es de cada persona y es respetable si se quiere o no a incursionar en ello, Claudia invita a los individuos a probarlo y conocerlo, siempre y cuando las personas estén de acuerdo.
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