Corea del Sur, el país con la tasa de natalidad más baja, con la brecha salarial entre hombres y mujeres más grande (31% según la OCDE), se enfrenta a un nuevo problema que saca a relucir inequívocamente la misoginia intrínseca que su sociedad perpetúa y su gobierno solapa, la creación y difusión masiva de deep fakes sexuales.
¿Deep fakes sexuales? Básicamente imágenes elaboradas a partir de fotografías reales y transformadas en contenido sexual por medio de la inteligencia artificial. La semana pasada una investigación de la policía coreana descubrió una red en Telegram por medio de la cual se difundía dicho contenido.
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La red consistía en varios chats organizados por región o por el nombre de escuela para que los interesados pudieran acceder fácilmente, se menciona también que para poder tener acceso al contenido explícito era requerido que el nuevo participante enviara fotos de alguna compañera, de esta manera obtenían “material nuevo”.
![Protesta en Corea del Sur por la brecha salarial entre hombres y mujeres, uno de los factores que contribuyen a la desigualdad de género en el país.](/u/fotografias/m/2024/9/25/f768x400-1015920_1059823_5050.png)
Créditos: EFE
Esta situación resulta aún más escandalosa al enterarse que la mayoría de los participantes son menores de edad, tanto víctimas como acosadores rondan la adolescencia. El tamaño de la red se calculó en aproximadamente 1200 participantes activos y alrededor de 500 escuelas afectadas, desde universidades hasta primarias. Por este medio no sólo se compartía contenido pornográfico, también se publicaban direcciones, números de teléfono, credenciales de estudiantes y demás información personal de las víctimas. Además, autoridades informan que ha estado activo desde el año 2020, es decir, operaron 4 años en total impunidad.
Lo más triste es que esto no es un problema reciente, las coreanas tienen un largo historial en el que su privacidad ha sido vulnerada para exponerse como pornografia, denuncias contra cámaras ocultas en baños públicos son el pan de cada día. Desde 1997 hay registros de denuncias contra cámaras espías en probadores de tiendas departamentales y la pornografia de venganza, contenido sexual difundido por ex-parejas, es un práctica frecuente en el país.
Esto nos habla que la situación en Corea es un tema sistémico, que involucra el morbo, que se escuda en el anonimato, que viola sin tocar. Diversas organizaciones feministas coreanas exigen política pública que garantice sus derechos en estos nuevos espacios de convivencia, y urgen al gobierno crear campañas masivas de educación sexual que recalquen la importancia del consentimiento en escuelas. Enfatizan en que el punitivismo no es el camino a seguir, si no que es necesario un cambio de mentalidad, que se entienda la gravedad de la situación.
De este hartazgo tambien surge el movimiento radical conocido como 4B: no al matrimonio heterosexual (bihon), no al parto (bichusan), no a las citas (biyenae), y no a las relaciones sexuales heterosexuales (biseksu). En la realidad en la que habitan, en la que tu compañero de banca te sexualiza cada que respiras, un sector de mujeres coreanas han preferido la extinción.
En el mundo digital, las redes sociales son un espacio público más, en el que las mujeres son violentadas. Muchas mujeres se retiran de las redes sociales por vergüenza tras enterarse por conocidos que sus fotos estan rondando, pero esto no puede seguir así, las mujeres tenemos derecho a existir en línea, la vergüenza tiene que cambiar de cancha, faltan muchos espacios físicos de los que apropiarse, pero en este milenio no podemos ignorar los espacios online. Las mujeres queremos caminar por las calles digitales seguras, nuestra vida no es el porno de nadie.
Por Renata Espejel
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