Solo dos días después de haber elegido como embajadora para España a la activista trans Samantha Hudson, la firma de botanas Doritos decidió rescindir su contrato debido a polémicos comentarios que salieron a la luz en redes sociales.
Hudson, de 24 años de edad, escribió una serie de mensajes en la red social Twitter donde hacía apología de la pederastia, además de burlarse de las mujeres que han sido víctimas de violación.
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De acuerdo con declaraciones hechas a la revista Rolling Stone, voceros de Doritos señalaron que, al contratar a la activista trans que se autodefine como marxista, no sabía de la existencia de esos mensajes por lo que, al saberlo, decidió romper relaciones de inmediato.
Desde la aparición de un video de 50 segundos en la cuenta de Doritos con una entrevista hecha a Hudson, decenas de personas retomaron los mensajes realizados desde su cuenta hace nueve años.
En declaraciones hechas a medios locales, Samantha se defendió diciendo que se trataba solo de provocaciones de mal gusto, hechas en un tiempo en el que consideraba que el humor negro era su mejor estrategia.
Con esta decisión, Doritos intenta salvar un posible boicot a sus productos que ha estado sonando en redes sociales, impulsado sobre todo por usuarios jóvenes, quienes serían el público objetivo de la marca.
Aprenden de la experiencia de Budweiser
Hace algunos meses, una situación similar fue experimentada por la cervecera Anheuser Busch, cuya marca Bud Light intentó reclutar a una famosa actriz transgénero, lo que inspiró un boicot que le costó mil 400 millones de dólares en ventas.
Otros boicots exitosos a empresas de la talla de Disney, Nike, Jack Daniels, M&M y Target, entre otras empresas, han provocado que dichas marcas pongan una distancia en este tipo de promociones.