El mundo está lleno de personas de diferentes clases sociales, entre las que se destacan aquellas que pertenecen a la más alta. Los millonarios se encuentran en diferentes rincones del mundo, algunos incluso con fortunas prácticamente imposibles de cuantificar y otros que poco a poco lo van perdiendo todo.
Cuando se habla de millonarios por lo general se hace referencia a las grandes e históricas familias que habitan el planeta y que siguen acumulando riqueza con el paso de los años. Las herencias son uno de los temas que más capta la atención de los destinatarios como del resto de la sociedad que se sorprende con este tipo de datos.
Un perro millonario
En este marco, a principio del mes de octubre, la muerte de un millonario indio daría origen a una gran historia que merece ser contada. Se trata de Ratan Tata, dueño de un centenar de empresas entre las que se incluyen las marcas de automóviles Jaguar y Land Rover, que falleció a sus 86 años de edad.
El millonario indio siempre fue el blanco de la prensa internacional por la fortuna acumulada y las empresas que forman parte del Grupo Tata. Sin embargo, tras su muerte, Ratan Tata volvió a llevarse todas las miradas por lo que había decidido en cuanto a su abultada herencia.
Un amante de los perros desde niño, el millonario decidió escribir un testamento en el que otorgó a su hermano dos medias hermanas algunos de sus bienes. Sin embargo, la sorpresa más grande fue que parte de su fortuna decidió entregársela a su cocinero Rajan Shaw y a su mayordomo y asistente Konar Subbiah con la condición de que ambos le proporcionaran cuidados ilimitados a Tito, su fiel perro.
Tito estuvo al lado de Ratan Tata cuando falleció y ahora es el heredero de su riqueza. Además, quienes ofician de porteros en Grupo Tata tienen la orden de no rechazar nunca a ningún animal callejero que llegue hasta las instalaciones. La historia de este millonario está dando la vuelta al mundo y es una muestra más de que el perro es el mejor amigo del hombre, y viceversa.
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